Como ya avisé, voy a recuperar algunas entradas del
difunto blog . Y he querido comenzar por esta, dedicada a un disco que me encanta y del que poca gente parece dar cuenta, muchos movidos tal vez por el prejucio hacia todo lo que viniera de Inglaterra en época del Brit-Pop. Os dejo al final un enlace, aunque ya sabes que las descargas son ilegales y sólo puedes hacerlo si tienes el disco original, que si no, Teddy Bautista te va a canear. Y aunque me cueste, no voy a tocar ni una coma del texto...
Estos chicos no se imaginaban que acababan de grabar su mejor disco...
Este año se cumple el décimo aniversario de la publicación del debut de Ocean Colour Scene (OCS), con el tremebundo disco “Moseley Shoals”. Cómo me gustó ese disco! Y me sigue gustando, ojo. Por eso he creído interesante hacerle un homenaje con estas líneas. Para ello me apoyaré en la crítica que escribí para Riff-Fanzine , haciendo así un cruel ejercicio revisionista de trastear con un texto que escribí hace cinco o seis años. En fin, veamos lo que Gobo tenía que decir al respecto: Aunque el primer paso conocido de estos cuatro británicos es Moseley Shoals, la banda se había creado en 1991. Ese año, Simon Fowler (voz), Steve Craddock (guitarra), Damon Minchella (bajo) y Oscar Harrison (batería), crearon bajo el extraño nombre de Ocean Colour Scene, la que acabaría siendo una banda longeva y exitosa.
Pero nada hacía presagiar esto cuando en 1992 sacaron a la luz su debut, que pasó totalmente inadvertido. El poco interés de la discográfica, y del público, centrado en las novedades que venían de Seattle hicieron que el grupo se hundiera con ese disco. De hecho, como banda desapareció, y cada uno se metió en distintos trabajos. Steve Craddock fue, durante esos años, guitarrista de la banda del padrino del pop-rock británico, Paul Weller. Y fue este último quien creyó en OCS y les apoyó para conseguir un nuevo contrato.
Así, en 1996, y partiendo de cero (su disco de debut ni siquiera ellos lo cuentan, y consideran el presente como el primero), lograron grabar Moseley Shoals. En un principio era para venta exclusiva al Japón, poco después también para UK, y fue allí donde un single, EL single, pegó el pelotazo, me refiero, obviamente a The Riverboat Song.
Ok, reconocedme que releer un texto de hace unos años da algo de vergüenza, especialmente una crítica de disco, que en un momento dado, cegado de excitación por el mismo, te puede llevar a una exaltación barata. Pero retornemos a 1996 y a “Moseley Shoals”. Por supuesto, yo, como todo el mundo, conocí a OCS por el citado single. Y lo conocí a través del programa radiofónico Tarda Tardà, del dichoso Jordi Tardà. No estoy por la labor de hablar de este tipo, pero el caso es que era uno de los pocos espacios radiofónicos que conocía que pinchaban rock, y el horario de emisión (sábados de 16 a 19h) me iba muy bien. Los sábados me tocaba lavar los platos y recoger la cocina después de comer, cosas de la partición de las tareas del hogar en familia de 5 miembros, y escuchaba un rato del programa mientras estaba liado con el Fairy. En fin, que menudo temazo nos pinchaba el amigo Tardà, aquello obviamente me dejó KO y sin saber todavía muy bien por qué, decidí que quería escuchar más de esa banda. Dejo que siga Gobo:
En The Riverboat Song crean una de sus mejores canciones (¿la mejor?), con un fantástico riff zeppeliniano y la colaboración de Weller a los teclados, pero el interés por el trabajo no acaba ahí.
Entonces tenía 16 años, y los sábados por la tarde no salía muy a menudo (y ya no digamos por la noche). Aquella tarde lo que hice, tras cumplir con mi tarea en casa, fue irme solo a la calle Tallers, en busca de una copia de “Moseley Shoals”. Sería primavera, y era una tarde de lluvia. Datos intrascendentes, lo sé, pero lo cierto es que los recuerdo bastante bien. Compré mi copia en la sucursal de Discos Castelló, tienda que si bien no tiene material muy potente, está todo tan bien ordenadito alfabéticamente que da gusto. A la vuelta, y esto no entiendo exactamente por qué, me compré un periódico deportivo (¿?!!), no sé si El Mundo Deportivo o el Sport. En esa época seguía bastante el fútbol, más que nada porque entre el grupito del instituto solíamos tener larguísimas discusiones futboleras, aunque casi nunca compraba esa clase de diarios. Pero lo hice, y resulta curioso como la memoria retiene ciertos datos absurdos y hace desaparecer otros. Como recuerdo que una de las noticias de ese día era un supuesto fichaje de Marc Overmars, quien estaba causando sensación en el Ajax, por el Barça. Por supuesto, nunca fue así. Overmars ficharía la temporada siguiente por el Arsenal pero, ironías de la vida, acabaría cuatro años más tarde recalando, esta vez sí, en el Barcelona. Y tras un paseo por las ramas, diré que efectivamente el disco me encantó… claro que no todo era como parecía con el primer single:
Una amalgama de sonidos pretéritos puebla este disco, trufado de referencias a los primeros Stones, Who y Kinks más cercanos al pop, pero con una personalidad definida como banda, que ya contaban con un lustro de experiencia a sus espaldas, hacen que no se trate tan solo de un ejercicio de estilo revivalista.
Poquito después hicieron un bolo en Bikini, al que no acudí, pero que pude ver ya que lo retransmitieron en el programa Sputnik. Entonces ya me había enamorado de la banda, me sabía las letras, las pistas del CD se repetían una y otra vez, en definitiva, es uno de esos discos que uno lleva dentro. Puedo suscribir lo que escribí entonces, se comían con patatas a Oasis o a cualquiera de sus coetáneos británicos. Son 12 canciones para escuchar una detrás de la otra. Para mi recuerdo queda cómo mi hermana pequeña se cachondeó de mí, por comprar discos de bandas completamente desconocidas (cosas de tener 15 años), para muy poco después, hacerse fan acérrima, incluso a día de hoy, de OCS.
Singles de pop-rock de perfecta construcción como The Day We Caught The Train, The Circle o One For The Road se suceden, entrelazados con otros temas de aires más Stoniano, como 40 Past Midnight o You've Got It Bad. Incluyen alguna balada y cierran con un tema de aires folkies que se desmadra para acabar en siete minutos de rock y desarrollos guitarra-harmónica. Temas como el mencionado abrieron las puertas del éxito, no solo en UK, donde colocaron cinco singles más, sino también en España, y gestaron un pedazo de disco, realmente recomendable.
La continuación a ese disco no se hizo esperar y desde luego valió la pena, “Marchin’ Already” estaba a la altura. Poco después vendrían “One for the modern” y “Mechanical Wonder”, inferiores ambos pero dignas continuaciones de esos dos primeros mágicos discos. Durante esa época llegué a ver a OCS en directo hasta en cuatro ocasiones, y siempre salí satisfecho. A partir de ahí sus discos comenzaron a perder el interés, hace muy poco mi hermana me ha prestado su última grabación, un concierto acústico que incide en la que considero su parte más floja, más aburrida, los temas lentos de corte folkie. En fin, la banda cambió o tal vez fui yo quien cambió, probablemente las dos cosas, y sin embargo, he podido comprobar que a pesar de que mi inseguridad me haría cambiar el 70% del texto publicado en Riff-Fanzine, hoy continúo suscribiendo las opiniones que expresé entonces.
Y el enlace:
http://rapidshare.com/files/4456251/Ocean_colour_scene_-_moseley_shoals.rar.html
Canciones:
OCS: “Policemen & Pirates”
OCS: “40 past midnight”
OCS: “The circle”
2 comentarios:
Para mí, Moseley Shoals es también un trabajo musical impactante. La concatenación de canciones le da ritmo y originalidad. Lo tengo que escuchar a menudo: da energía y levanta la moral. Le tengo especial aprecio a "The Circle": el significado de la letra, las guitarras, los coros... Fantástica!
Creo que hace 10 años reflejaste muy bien el espíritu musical que desprende este trabajo, y el "remember" actualizado también me parece muy acertado. De aquí poco habrá nuevo trabajo de OCS: "On the Leyline". Ojalá aporten ese toque OCS auténtico!
Felicidades por el blog!
gracias,amigo... me gustaría pensar que el próximo disco de OCS será grande, pero me temo que no. Por supuesto, tendrá dos otres canciones muy buenas, pero el resto creo que será puro relleno, como ha ido ocurriendo desde aquél ya lejano Mechanical Wonder, para mi gusto, su última gran obra. Eso sí, tengo ganas de verles en directo, siempre me han convencido en un escenario!!
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