Los 80’s fueron una mala época para los Rolling Stones. De hecho, fueron una mala época para todas aquellas grandes bandas de los 60’s y los 70’s. Los propios stones grabaron discos entre flojos (“Undercover of the night”) y malos (“Dirty Work”) y en muchos momentos se habló de disolución. Pero no se puede decir que fuesen los únicos. The Who, Paul McCartney, Jimmy Page, Rod Stewart, Aerosmith o Deep Purple pasaron gran parte de la década dando tumbos estilísticamente hablando, y con problemas de todo tipo. Es por eso que la carrera de los Stones desde 1989 hasta la actualidad no deja de ser sorprendente, y le daremos un repaso.
Situémonos. 1988. Las relaciones entre Mick y Keith son muy tensas. Cada uno de ellos hace lo que parecía impensable años atrás, publicar sendos discos en solitario y girar haciendo de ellos una promoción activa. Sin embargo, el lazo de unión o la posible pasta a ganar con LA banda, hacen que se den una nueva oportunidad y decidan girar de nuevo. Su último tour fue en 1982. En 1989 se prepara lo que sería el nuevo tour americano, Steel Wheels, pero la tensión se masca en el ambiente. Mick y Keith tienen entonces 46 años, hace 7 que no giran y no se tiene muy claro qué puede pasar. Así que deciden hacer algo grande, muy grande. Y preparan la gira más espectacular (en el sentido circense de la palabra) de toda la historia.
Para ello montan el escenario más grande jamás visto hasta el momento. Son pioneros también en tener patrocinadores comerciales en su gira. Son los pioneros, pues, en preparar lo que acabaría siendo lo habitual en el show-business del rock. A nivel personal, Mick está en plena forma física, a sus 46 hace muchos años que está alejado de los excesos. Keith se mantiene y el resto, bueno, el resto en su línea. Y mira por donde, resulta que hay hambre de Stones. Tanto tiempo alejados de las tablas hace que decenas de miles de fans se concentren en cada estadio que pisan. Su estructura de conciertos sienta unas bases que se repetirán en adelante y varios nombres se hacen un hueco que mantendrán en los años posteriores, como los coristas Bernard Fowler y la cachonda Lisa Fisher, el ex-Allmans Check Leavell, o su viejo colega Bobby Keys.
A decir verdad, la banda suena algo anquilosada, y el sonido está demasiado producido, demasiado limpio, demasiados músicos de sesión apoyando. Y demasiados colaboradores, amiguetes e invitados, que desentonan un poco cuando lo que se ansía es ver a los Stones, no a una rock star special band de esas que tan populares fueron en los diferentes espectáculos benéficos de los 80’s. Se puede remarcar, sin embargo, una colaboración, la de unos jóvenes y arrogantes Axl Rose y Izzy Stradlin, que tocan con ellos “Salt of the earth”, en lo que parecía algo así como un relevo generacional. No insistiré en ese episodio, que es ya bastante conocido (el retraso de Axl, la sorpresa de Mick y Keith al conocer que sus partenaires quería cantar “Salt…”, la escena de los creadores de la canción escuchándola de nuevo para recordarla, etc..), pero las imágenes son emocionantes.
Y es que a pesar de su nuevo disco, los Stones ven claro qué quiere su público y se lo dan, es decir, los temas clásicos de los 60’s y los 70’s. El gran patrimonio de la banda son sus canciones y las desgranan con maestría, tocando algunas que hoy nos parecerían sorpresas, como la oscura “Play with fire” y sólo tres cortes del nuevo álbum. Y con este nuevo disco hacen su primera gira japonesa que refleja muy bien lo que será la carrera futura de los Stones: 10 noches y 20 millones de libras recaudadas.
Por supuesto, en 1990 vino la gira europea, llamada Urban Jungle Tour, no exenta de polémica al considerar cierto sector de la prensa que se “timaba” a su público europeo ya que no llevaban el mastodóntico escenario usado en América. Poco de eso importó para una Europa que les esperaba con pasión. Llegaron a tocar en la extinta Checoslovaquia sólo seis meses después de la caída del régimen comunista en una noche que se tiñó de una épica libertaria que vista hoy, 17 años más tarde, resulta algo ridícula. Y tocaron en España, dos noches seguidas en Barcelona y otras dos en Madrid. Yo era pequeño pero recuerdo que aquel año hubo una verdadera locura stoniana, especialmente en Barcelona, donde hacía muchísimos años que no recalaban. Sin saber nada de los Stones, recuerdo ver el logo del Urban Jungle por todas partes, noticias en los telediarios, la famosa entrevista con Felipe González, en definitiva, expectación.
El resultado final fue un poco como ocurrió en toda la gira: había muchas ganas, se podía respirar satisfecho porque la banda respondió con dignidad, el grupo estaba muy vivo, el disco nuevo era bastante mejor que los anteriores … pero faltaba algo. Aquella banda estaba muy lejos del grato recuerdo de 1982. (continuará)
Canciones:
The Rolling Stones: "Mixed Emotions"
The Rolling Stones: "Slipping Away"
The Rolling Stones: "Blinded by love"
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