sábado, 31 de enero de 2009

Alta Fidelidad

Ayer volví a ver “Alta Fidelidad”, la película de Stephen Frears con John Cusack. Desde que la vi en su estreno, y hablamos de 2000, siempre me ha gustado. No he leído jamás el libro original de Nick Hornby en el que se basa la cinta. Tal vez lo haga algún día. Pero la peli la he visto varias veces. Y aunque las referencias musicales no sean todas ellas fantásticas, y uno siempre estaría en plan quítame aquí ese Bruce Springsteen y pon por allá a Pearl Jam, tiene guiños interesantes. Por no hablar de el elenco, donde evidentemente brilla John Cusack, pero que también es destacable por Jack Black, un tipo que a menudo malgasta su talento en gilipoyeces, pero que en “Alta Fidelidad” borda su papel de talibán musical, muy divertido. Y ojo a ese “Let’s Get It On”, de Marvin Gaye, que se marca, realmente lo hace muy bien. El cameo de Tim Robbins está bien y el de Catherine Zeta-Jones es bastante ridículo. Ahora, la que brilla con luz propia es la guapísima Lisa Bonet, que si bien muestra un aspecto extremadamente delgado, no deja de desprender morbo.

Lo peor de esa película es que hay aspectos de ella que me recuerdan a mí. A veces demasiado. Un poco es como si te estuvieras viendo, como si te estuvieran diciendo una serie de verdades en forma de representación. Y la verdad, a veces, no es agradable. Las verdades a veces duelen. “Quiero la verdad!!!” gritaba ese Tom Cruise de marinerito punta en blanco, con su voz de nenaza histérica que le ponen en el doblaje al castellano, en el juicio de “Algunos Hombres Buenos”. Y un hierático Jack Nicholson sentado en el banquillo de los testigos le replica algo así como “Chico, tú no puedes admitir la verdad”. La verdad, amiguitos, es un concepto sobrevalorado.

Y es que “Alta Fidelidad” no va de música y friquismo hacia ella. “Alta Fidelidad” habla de madurez y de sueños por cumplir. De esperanzas inútiles que nos traban la vida, de querer ser, de llegar a ser. Y de obsesiones, claro. Que no tienen por qué estar tan mal. A veces.

Canciones:

Marvin Gaye: “Let’s Get It On”
Blind Melon: “Galaxie”
Love: “Always See Your Face”

jueves, 22 de enero de 2009

La calle Tallers (y sus personajes)

No hace mucho hablaba de la tienda “Discos 7 Pulgadas”, una de las pocas tiendas de discos interesantes que quedaban fuera de la Calle Tallers. Y es que esa calle daba mucho de sí. La de horas que pasé pululando por esa zona, a menudo más mirando que comprando, cosas de ser un adolescente, y por extensión, no tener ni un duro en el bolsillo. A lo más que podía aspirar es a una bebida en el mítiquísimo Burguer King de Canaletes, bebida que nos podía durar toda una tarde, mientras dábamos rienda suelta a esa necesidad inherente del adolescente a hablar con su manada, en busca seguramente de comprensión ante sensaciones que entonces eran nuevas y había que compartirlas con el grupo. Por eso, por la de ratos que pasé por allí, me llegué a familiarizar con una serie de personajes que rondaban.

Uno de ellos, un clásico, era el responsable de la tienda de discos World Music (creo recordar que así se llamaba, pero no estoy muy seguro). Un tipo muy enjuto, con el pelo negro muy rizado, media melena por detrás, tipo mullet,barba y gafas, así lucía el hombre. Y se dedicaba a entregarte unos panfletillos con una lista bastante completa de los conciertos en la ciudad, conciertos de los que vendían entradas en su tienda. Siempre te endosaba el papelito mientras te glosaba la cantidad y calidad de los discos que tenía en su tienda. Siempre con una frase como “amigo, la mayor variedad en CD”. Si te veía con una camiseta de, pongamos por caso, Pearl Jam, te decía “amigo, todos los discos de Pearl Jam, rarezas y grabaciones de conciertos”. Ojito a la estrategia de marketing. Si la camiseta hubiera sido de El Fary, lo mismo hubiera dicho, “amigo, la discografía de El Fary, remixes de El Torito Bravo y el pirata Live At Fantasy Island”. Pero siempre, siempre te soltaba el papelito. Todos los que pasábamos por ahí éramos sus “amigos”. La crisis discográfica acabo con la tienda y tamaño personaje desapareció.

Por la calle, supongo que aprovechando la chavalería que allí se juntaba, solía rondar un yonqui muy alto, desastrado, como todos los yonquis, pidiendo dinero a pobres incautos que o les daba pena o les asustaba el individuo (y lo cierto es que su envergadura no era habitual). La particularidad del tipo era que siempre comenzaba su discurso pedigüeño diciendo “sabes lo que es un toxicómano?”. Luego te soltaba el rollo sobre los males de la necia droga, para acabar como todos, pidiendo algo de dinero. Paseó su triste figura durante más tiempo del que pudiera parecer, tratándose de un yonco, entre la calle Tallers y la Plaza Castilla. Luego desapareció, aunque su destino es seguramente más fácil de adivinar.

Otro “comerciante” peculiar de la zona era el dueño de una tienda de discos que había en Tallers, más o menos, frente a la calle Sitges. Se trataba de una tienda de vinilo llamada Rock n’ Blues, o algo así. Era un antro lleno de polvo con incunables de Bob Dylan o Muddy Waters. Lo recuerdo siempre con las puertas abiertas y cubetas de vinilos en la misma puerta, como si se tratara de las cajas de manzanas o naranjas de una frutería. Y su dueño, un tipo entre 40 y 50, con gafas, medio calvo, sin afeitar, que lucía un arrebatador look de pantalón de pana, camisa del carrefour y chaleco de lana raída. Se sentaba cerca de la puerta, no era un local con una incesante actividad comercial. Y pinchaba uno de sus discos con unos altavoces encarados hacia fuera, como una venganza sonora hacia un mundo que ya no respetaba un riff de Ellmore James. Incluso tenía en una pared pegados una serie de recortes de revistas eróticas, con desnudos de chicas luciendo mata de vello púbico y aspecto de belleza de los 80’s, lo cual proporcionaba a la tienda un aspecto de ser una extensión de la probable personalidad de su curioso dueño. Ahora hay una tienda de moda juvenil, síntoma de que los tiempos están cambiando.

Y aunque no era en la calle Tallers, no puedo olvidarme del más enigmático de todos. Se trataba de un tipo que se plantaba delante de un portal en la Rambla, muy cerca del teatro Condal, que cuando pasabas por delante te miraba, te señalaba la el portal y te decía “fábrica de piel”, con la parsimonia del que recita un mantra. Y uno se quedaba pensando:

a) Qué hace una fábrica de piel en un piso de la Rambla?
b) De verdad alguien paga a este tío para que se pase el día avisando al transeúnte de la dichosa fábrica de piel?
c) Y sobretodo… alguna vez alguien subió?

Si realmente existía una fábrica de piel en un lugar tan extraño como un piso en la Rambla, desde luego requería de herramientas de marketing tan peculiares como aquella. Siempre me pareció muy cómico, ese personaje. Y fue uno de los que aguantó más esta creciente reconversión que sufre esa parte de Barcelona.

Seguro que Paul Auster sería capaz de escribir una novela hilvanando las historias de esos personajes. Ríete de “Smoke”, vamos.


Canciones:
Alice In Chains: "Would?"
Guns n' Roses : "14 Years"
The Killers "Humans"

domingo, 18 de enero de 2009

He vuelto

Una larga travesía en el desierto desde que comenzó este dichoso 2009, hay que joderse con lo que llevamos de añito. Ya me disculparán mis cientos de miles de lectores, quienes día tras día se conectaban a estas líneas en busca de inspiración para iluminar su vida con las cosas de este, vuestro humilde juntaletras. El camino es largo, y tortuoso, las aguas, turbulentas, los valles, angostos, los días largos y con un sol cruelmente abrasador, las noches son en vela, heladoras y tormentosas. Esto no es más que un patético blues. Probablemente Muddy Waters lo haría mucho mejor. Seguramente Muddy Waters es, ahora mismo, poco más que un puñado de huesos putrefactos pasto de la indiferencia. Muddy 0 - Kar 1. Y aquí estamos, una vez más, alzando la vista, todavía algo (más) atontado tras el tremendo derechazo de Apollo Creed. El público jalea al desconocido púgil spagetti, con la cara destrozada, mientras el negro campeón no entiende que su contrincante logre volver a levantar la barbilla y se levante de la banqueta en su rincón, una vez más. Y la toalla, aún colgando en la cuerda. Chúpate esa, Apollo Creed. He vuelto.

sábado, 3 de enero de 2009

Get On Your Knees

Hoy en día el nombre de Teddy Bautista nos suena a chungo. Es el tío que nos quiere hacer pagar por hacer copias de CD's. Es el que infiltra espías en las bodas para que se pague el cánon. Es un hombre a un cánon pegado. Es Mister SGAE. Es el tipo que se sacó de la manga los premios Amigo para eso, para premiar a sus amigos. Es el hombre malo que le sube los precios a los CD's. Es el responsable de la crisis. Es el tío que esconde en su casa a Osama Bin Laden. Es el hijoputa que mató a la madre de Bambi!!!

Hombre, un poco hijoputa sí que es, él y sus cuarenta ladrones que forman su asociación, y sin embargo, y aunque parezca paradójico, es responsable de una interesante página en el tristísimo historial del rock en España. Ya de entrada un tipo que se hace llamar "Teddy" llamándose Eduardo, tiene huevos la cosa. Pero el amigo era alguien antes de pasarse al lado oscuro, como un Anakin Skywalker cualquiera.

Su momento cúspide, su highlight vendría en 1968, cuando grabó con su grupo, Los Canarios, una de las mejores canciones del rock español, "Get On Your Knees" o "Ponte de rodillas", como también aparecía. Los Canarios comenzaron como una rareza en el panorama español de los 60's, un grupo de profundas raíces soul y R&B, y encima, grabando en inglés. No eran los únicos, pero desde luego tenían calidad. Como él mismo reconoce, una corta estancia en USA le influenció sobremanera para formar su banda cuando regresó a España. Antes tuvieron un éxito con la canción "Peppermint Frappé", que grabaron para la película de Carlos Saura del mismo título. Para mi gusto, su momento álgido fue este "Get On Your Knees", que considero que podría competir con cualquier hit de R&B que todos tenemos en mente:



Ok, el vídeo es cutre y el sonido bastante perruno, pero es lo mejor que he podido encontrar.

Cuenta Salvador Domínguez, mítico guitarrista de Banzai o Tarzen, quien también militó en Los Canarios una temporada, que este "ponerse de rodillas para rezar" era en realidad un canto a una felación (de ahí la postura a adoptar de genuflexión), lo cuál le da un plus de cachondeo a la cosa.

Avatares de la vida llevó a intermitencias en la carrera de la banda, y hacia los 70's retornaron, pero su sonoridad soul/R&B había desaparecido, y se dedicaron a un sonido de rock progresivo, muy en boga por aquél entonces, grabando su disco "Ciclos" que contenía el corte "Las 4 estaciones", lo habeis adivinado, sí, una empanada progresiva basada en la obra de Vivaldi. Y aunque tuvieron éxito con este movimiento nuevo, para mi gusto, perdieron el interés.

Como dato curioso, antes de empuñar su sable laser contra La República, Anakin -Teddy Bautista- Skywalker interpretó el papel de Judas en la obra Jesucristo Superstar con Camilo Sesto como Chusín. Luego ya vino el tema SGAE, el lado oscuro, y todo fue ya en caída libre. Así que procuremos olvidarnos de tan nefasto personaje y centrarnos en ese single, "Get On Your Knees", que bien vale una carrera.

PD: podéis bajaros la canción del eMule... seguro que le hace mucha gracia al tipo

Canciones:

Alice In Chains: "The Rooster"
Heart: "Barracuda"
Sugarcubes: "Birthday"