domingo, 25 de febrero de 2007

And the Oscar goes to...

Esta noche se entregan los Oscars. Pero a nadie le interesan, ¿no? Son unos premios caducos y carentes de interés. No se premia al buen cine de verdad, la Academia es rancia y fácilmente influenciable por aquellas películas con niño, con tarado o con una temática social suavecita y políticamente correcta. Y prima solamente aquellas cintas que han contado con un pastizal detrás para hacer una buena promoción, o sea que de cine independiente nada. Y de cine no americano, poquito. No sea que se suban a la chepa. A nadie le interesan los Oscars hasta esta noche.

Porque sí. Porque nos llenamos la boca despotricando contra todos los defectos de esos premios, pero esta noche todo el mundo estará atento a, por ejemplo, si Martin Scorsese se lleva (por fin) la dichosa estatuilla. O si no, mañana por la mañana, legañosos aún, escucharemos en la radio la retahíla de precios, o lo leeremos en los periódicos. Para cinco minutos después, volver a decir que estos premios son una mierda, que no se premia el auténtico cine, y todas estas cosas.

Scorsese Inc. patrocina esta entrada.

En el fondo sabemos que, por más que se diga que los Oscars no interesan a aquellos que realmente aman el cine, todavía tienen su interés. Y creo que no tanto por los premios, sino por lo que tienen de ceremonia con glamour. Eso del glamour en el cine es una cosa que hace ya 30 años, como mínimo, que se perdió. Hoy en día el glamour se ha tergiversado en un anuncio de Rimmel y la mayoría de estrellas son de lo más aburridas y anodinas. Pero una alfombra roja y un millón de flashes hacen retornar un mínimo destello de fantasía. Yo por lo menos, lo veo así. Como mínimo, la noche de la ceremonia o la mañana siguiente en la que, legañoso, escucho por la radio quién ha sido premiado mientras me preparo para ir a trabajar (o si me toca madrugar o la ceremonia se alarga, algún año he escuchado incluso en directo la entrega del último galardón). Y esta noche toca recordar a los indios que llevó Marlon Brando, o a Woody Allen pasando de todo por tocar el clarinete, o la individua esa a quien la estatuilla le recordaba a su tío Oscar.

O por lo menos eso haré yo, mientras espero que a Scorsese le den el dichoso premio.

Canciones:

The Stooges: "The Weirdness"
Guns n’ Roses: “Better”
Erik Satie: "Gimnopédies #1"

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo cierto es que los Oscars de este año eran más soseras de lo habitual,pero que Scorsese se haya llevado el gato al agua es un buen detalle.

"Eso del glamour en el cine es una cosa que hace ya 30 años, como mínimo, que se perdió."

Es probable que hace treinta años la gente pensara exactamente lo mismo. Y es probable que el hijo de Cesar Martín asegure, dentro de treinta, que ya no quedan actrices de Holywood con el Galmour de Scarlett Johanson, Nicole Kidman o Jennifer Connelly.

kar dijo...

Sí, conforme escribía esta frase me sentía algo abuelo cebolleta. Supongo que la salvaje mediatizacion de hoy en día, en la que un día un paparazzi cabrón publica una foto en la que se le ve el cordón del tampax a la Kidman y a las tres horas medio mundo la ha visto vía internet, contribuye.

Pero a Scarlett Johanson que no me la toquen!!!

Anónimo dijo...

Cate Blanchet la más elegante, eso lo primero.

Y sí, el abuelote de cejas mega- pobladas ya tiene su estatuilla. Y se la han dado el tría la la la: Coppola, Spielberg y Lucas. Estaba cantado, vamos

kar dijo...

no he visto imagen alguna, pero me alegro por scorsese, se lo merecía (aunque estuviera cantado)

Anónimo dijo...

Una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en mi cara cuando se vio al trio que iba a dar el premio... estaba clarisimo que era para martin.

Anónimo dijo...

Pues yo antes sí que prestaba más interés a la cerimonia pero este año no he visto ni una imagen y no me leí los titulares de la prensa.

Pero me alegro por Scorsese. Otros como Kubrick, Chaplin o Hichcock n otuviero nese reconocimiento (aunque tampoco les hizo falta PARA NADA).