domingo, 31 de diciembre de 2006

Un año más, una noche menos

De todas las celebraciones del período navideño, quizás la de fin de año es la que más me gusta. Por todo lo que significa el cambio, aunque sólo sea de período temporal, y ni siquiera eso, a tenor de los diferentes métodos de regir el tiempo que imperan en este mundo. Pero me gusta. A quién no le parece que un cambio puede ser bueno? a quién no le parece que tal vez sea un buen momento para iniciar una nueva etapa en la que se sea más feliz? (ése debería ser el objetivo principal de todo ser humano: vivir feliz) Y no me refiero a que ahora seas un desgraciado y por lo tanto necesitas dejar de serlo. Simplemente quieres más o mejor. Una persona que no está contenta con nada al final acaba resultando un coñazo que sólo disfruta compadeciéndose en su soledad. Pero una persona que no cree necesitar ningún tipo de cambio en su vida, o es un pusilánime que se conforma con nada, o es un mentiroso.

Yo, que soy un culo inquieto y bastante autocrítico, me tomo siempre este evento del cambio de año como una excusa para llevar adelante proyectos, más ambiciosos a veces, propósitos estúpidos a veces, como el de que a partir de ahora no quiero que la vagancia me impida hacer nada. Y considero que es necesario que una persona se plantee propósitos (los buenos propósitos esos tan sobados), y claro, que trate de cumplirlos.

Ok, sé perfectamente que lo del cambio de año es una tontería, de lo más circunstancial. Sé perfectamente que en realidad, mañana no habrá cambiado nada respecto a hoy. Y esa es la gracia... no habrá cambiado nada si no hago que cambie. Y no puedo evitarlo, conforme me voy acercando a las doce, va aumentando mi excitación, para estar en un estúpido estado de euforia a las doce y un minuto. Es un sentimiento muy instintivo, muy infantil, y me gusta, qué carajo. En fin de año, no en navidad, me siento con ganas de enviar esos sms tontos de "feliz año nuevo" y echo de menos a los amigos que quedaron atrás.

Feliz año nuevo!!!

Sin embargo, hay temas de esta noche que no me gustan. Primero, la constatación del paso del tiempo. En unas horas será ya 2007... y qué lejos quedó 1987 o 1997... y qué viejo me hago por momentos. Me marea un poco el asunto del paso del tiempo, de lo lejos que quedan ciertas épocas que ya no volverán, etcétera... vamos, lo del tempus fugit.

Y sobretodo, y aunque parezca una paradoja con respecto a lo escrito en los párrafos anteriores, no me gusta la nochevieja ni sus celebraciones... bueno, no me gusta a partir de las doce. Cuando tenía 16, 17, 18,19 o hasta 20 años, bueno, la nochevieja era un fiestón. Pero hace varios años que dejó de gustarme... gente por todas partes, aglomeraciones, esa obligatoriedad de pasárselo bien "porque es nochevieja", esa gente que de dice "feliz año" puesta de alcohol hasta las cejas, simplemente porque te cruzas con ella, las bragas rojas, los tipos con el traje de las bodas, ... Cualquier otra noche es mejor para salir. Y sin tanta tontería. En esta noche me gustaría, claro, tener una gran casa, reunir a todos mis amigos y hacer una fiesta en ella, como en "Los amigos de Peter". Mientras tanto, tras las uvas me dedicaré a plantearme que mañana comienzo con mis nuevos propósitos.

Y no quiero acabar sin desear que este nuevo año 2007 sea muy feliz para todos los que leáis estas líneas!!!!

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