Trasteando,
me he encontrado esto, que escribiría hace unos tres años, o algo
así:
Me
meto en la cama y me pongo a mirar la tele. No a ver a tele, sino a
mirarla. Armado con el mando a distancia, me dedico a hacer un repaso
de los canales de TV. En este hotel tienen parabólica, o tele por
cable, no sé, pero hay un montón de canales, a cuál menos
interesante, pero ahí estoy yo, repasándolos todos, dándoles a
todos una oportunidad de 30 segundos para que me entretengan y me
enganchen, antes de pulsar el botón. Es como uno de esos castings de
cine en los que el director sólo dice “gracias, ya te llamaremos”.
Veo
los canales españoles y también los extranjeros, paso por los
canales temáticos y por los pornográficos. Todo el mundo sabe que
aunque éstos sean de pago, los diez primeros segundos te los dejan
ver. Será para ponerte cachondo y convencerte de que pagar por esa
peli es una buena decisión.
En
BBC News un fulano se dedica a disertar sobre el conflicto de Darfur.
En la 2 de TVE pasan una película española de esas de drama social.
En la RAI están emitiendo, como siempre, “Porta A Porta”. En la
RAI por la noche siempre emiten “Porta A Porta”. No sé de qué
va, pero es reconfortante llegar al hotel y saber que no importa si
estás en Murcia, en Cuenca o el A Coruña, en la RAI estará “Porta
A Porta” y su estética cutre.
En
la mesita de noche he dejado un libro que apenas he comenzado y me da
algo de pereza retomar. Es mejor hacer zapping. Por eso no me gusta
tener tele en mi habitación. Me refiero a la mía de verdad, no a
una que se abre con una tarjeta. Si tuviera tele, me pasaría toda la
noche jugando con el mando a distancia. Tiene algo de adictivo.
Abro
el cajón de la mesita y veo una biblia, pequeña, con páginas que
parecen hechas de papel de fumar. Estos Gedeones son la leche. Otro
clásico de los hoteles. No importa el país ni la localización,
allí están los Gedeones y sus biblias para que veas la luz y te
reconfortes leyendo los momentazos de su dios.
Decido
tomar los evangelios y arrancar de cada uno de los cuatro las páginas
correspondientes a la crucifixión. Mateo, Lucas, Marcos y Juan,
todos ellos quedan mutilados. Para que los lectores se queden sin
saber cómo acaba el relato. El libro queda intacto por fuera, así
que me deshago de las páginas arrancadas tirándolas por el wáter y
dejo la dichosa biblia de nuevo en el cajón, como si nada hubiera
pasado. Y con la excitación absurda que este pequeño acto de
sacrílega mutilación literaria me ha proporcionado, decido apagar
la tele y ponerme a dormir.
Canciones:
Elliott
Murphy: “The Last Of Rock N' Roll Stars”
Rita
Marley: “One Draw”
Al
Green: “L.O.V.E.”
5 comentarios:
La vida está llena de momentos de felicidad y cada cual se busca los suyos :D jajajajaajaja
Jajaja yo tb trateo algo con la tele, pero lo de la biblia jamás lo he hecho, y aquí en Marruecos no hay ni corán... Te aseguro por eso que no tendría huevos ni de abrirlo que por aki estas cosas se las toman realmente mal.
Agus.
Reality bites ....
Sólo puedo decir que me encantan esos arrebatos de mala hostia. Haces un mal que no afecta a demasiados pero te sientes bien siendo un transgresor... perfecto!
Recuerdo ir a hoteles de Pamplona en los que ya no sólo tenías la Biblia, sino que contabas con estampitas y folletos (que no flyers)de Escribá de Balaguer...awesome!
EXTER,... y se los busca como quiere, o como puede... ;-)
AGUS, no es que sea un destructor de libros sagrados, fue un arrebato que, a buen seguro, me ha condenado a un infierno lleno de calderas hirviendo y música de AC/DC...
ERIC WAITS, ni más ni menos... algo de eso sabes tú también, ¿no es así?
TOI BROWNSTONE, desde luego, en aquél momento, me hizo sentir bien. Lo de Pamplona y la omnipresencia de La Obra, acojona!!
gracias a tod@s!
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