sábado, 28 de abril de 2012

El Pasaporte


Bueno, esta es una historia verídica. El domingo pasado tenía un viaje de trabajo. Me iba a los Estados Unidos, a San Diego, para ser exactos, como he ido otras muchas veces. En esta ocasión estrenaba trayecto, hacía Barcelona-Londres-San Diego, en una novedad interesante, pues hasta hace muy poco no existía ningún vuelo directo desde un aeropuerto europeo hasta San Diego, de modo que lo habitual era parar en Los Angeles para luego llegar a San Diego, ya sea en un vuelo interno, o en coche.

Allí estaba yo con mi aplicación ESTA confirmada, lo que resulta ser un pseudo-visado necesario para entrar en USA, y con mi pasaporte. Detengámonos en este último documento, porque será crucial en el relato. Los pasaportes expedidos a menores de 30 años tienen una duración de 5 años, fecha en la que caducan. Todos tenemos en mente un pasaporte, ¿sí? Mis primeros recuerdos del concepto “pasaporte” vienen de la serie de dibujos “La Vuelta Al Mundo De Willy Fog”, donde el león Fogg tenía que presentar sellos de los países visitados para dar veracidad de su hazaña y así, poder cobrar su apuesta, pues, no lo olvidemos, Fogg no era un aventurero altruista, precísamente. En cualquier caso, eso de los pasaportes y los sellos aduaneros, para mí, un hijo de la CEE y luego UE, acostumbrado a viajar por mi entorno europeo con mi triste y aburrido DNI, resultaba algo como mágico, como de película de diplomáticos que resultan ser espías dobles.

Bien, mi pasaporte había sido expedido en septiembre de 2007, por lo que el lector avispado se habrá dado cuenta de que le quedaba poco tiempo para necesitar un proceso de renovación. En fin, aunque a punto de la jubilación, allí estaba. Un poco viejo y deteriorado de tanto ajetreo, pero con todas las páginas en su sitio, débilmente pero aún sujetas a la cubierta, en forma de una libretita molona.

Hawaii, Bombay, Tijuana y Singapuuuuur...

A llegar al mostrador de facturación de El Prat, la primera sorpresa desagradable. La persona de Iberia chequea mi pasaporte y me dice que no me puede dar la tarjeta de embarque del Londres-San Diego por no sé que tontería burocrática, lo cuál significaría tener que hacer otra cola en el aeropuerto de Londres Heathrow. Contrariado, paso por un control de la Guardia Civil, donde chequean mi documentación una vez más antes de acceder a la zona D de la terminal, y tomarme un merecido desayuno en la sala VIP.

Justo antes de embarcar en el avión hacia Londres, y mientras me chequean el pasaporte, les pido que revisen el asunto de mi tarjeta de embarque Londres-San Diego. Sorprendentemente, lo hacen, un par de llamadas y arreglan lo que la imbécil del mostrador de facturación no supo o no quiso arreglar. Mi vuelo estaba comprado en Iberia pero operado por British Airways (BA). Más contento, subo a mi vuelo, tranquilo de poder contar con el tiempo suficiente para hacer el transfer de terminales en Heathrow, ya que los vuelos hacia EEUU salen de la otra punta del aeropuerto de la que se aterriza desde Barcelona.

Y desde luego que me fue estupendamente el hecho de tener mi tarjeta de embarque lista: al aterrizar en Heathrow una señora cola en la zona de transfer me recibe. Al final, resulta no ser para tanto, pero no olvidemos que debo acceder a través de la frontera del Reino Unido, es decir, un funcionario que escanea mi pasaporte una vez más para comprobar que no soy un terrorista ni una mala persona, así, en general. Y como si de un moderno Hércules fuera, una última prueba me separaba de mi destino final, la puerta de embarque A34, y era el control de equipajes. Ya sabéis, nada de líquidos, portátiles fuera, móvil, cinturón, petaca, armas blancas, tubo para esnifar... todo a la dichosa bandejita. Pero nada me iba a alejar de mi objetivo.

Localizada mi puerta, espero. Jamás entendí a aquellos que tienen el ansia de hacer cola para subir a un avión, como si el asiento no estuviera reservado. A no ser que sean de los que embarcan maletas claramente mayores a las permitidas, jodiendo a los demás… a todos aquellos: espero que ardáis en el infierno. Y cuando la cola se finaliza, me persono en el mostrador para la revisión de documentación y tarjeta de embarque. Allí, un funcionario paki de BA, como la mayoría en ese aeropuerto (hay que ver qué variedad étnica) me recibe. Y ojo, que en este punto viene la parte culminante de la historia.

El jodido paki toma mi tarjeta de embarque, mi pasaporte, y no sé cómo se lo hace pero al abrir el pasaporte, se queda con las tapas en una mano y el conjunto de páginas, despegada, en la otra. Unos segundos de confusión y me dice que no me puede dejar subir al avión, que mi pasaporte está roto. Intentando sobreponer mi estado de shock, le digo que me lo ha roto él. Me responde que tal vez, pero que eso era porque el documento estaba “deteriorado” y que así no me puede dejar volar. Le armo el gran pollo, le digo que el pasaporte ha pasado por hasta 6 manos diferentes antes que llegar a sus manazas y que si él es un torpe, no tengo la culpa. Imagináos la escena, un vuelo intercontinental a punto de cerrar, y vuestro juntaletras viajero favorito en pelea (verbal), o al menos lo que su nerviosismo le permite, con un operario manazas. Llega la supervisora de BA, una jodida matrona británica y me dice, con toda la flema y la calma del mundo, que lo deje estar. Que no hay nada que hacer. Que no sólo no voy a subir en ese avión sino que todavía he tenido suerte, si eso me hubiera pasado en el aeropuerto de San Diego, me habrían prohibido la entrada igualmente. Su calma y su dicción BBC me ponen más nervioso todavía. Pero la verdad es que tiene razón, aunque el hijodeputa de su subalterno sea un manoplas, así no puedo irme a USA.

Lo bonico que era...
La muy imbécil mira el registro de vuelo y ve el cielo abierto. En la base de datos de mi ticket lee la palabra mágica: REFUNDABLE … y ya no hay pie a discusión, como mi billete admite cambios o reembolso, me dice, básicamente, con buenas formas y en inglés, que me pueden dar mucho por el culo y que deje de armar escándalo. A todo esto, el avión, mi avión, ya se ha largado. Y queda la gran pregunta: qué hacer? Mi amiga la matrona brit de BA (el jodido paki se escondió como una rata) me comenta que puedo ir a Londres a la embajada y pedir un pasaporte de urgencia. Pero claro, es domingo, así que esa opción queda descartada. ¿Me espero al lunes? ¿Y qué probabilidades hay de que vaya el lunes, me hagan el pasaporte el mismo lunes, pueda volver a Heathrow y tomar un vuelo a San Diego? Y si así lo hiciera, ¿qué hago llegando a San Diego, con suerte, en martes por la tarde? Todo aquello en tal estado de tensión que la perra de BA, no sé si apiadándose o hartita de aguantarme, me dice que me vaya, me siente, me relaje y medite qué es lo que quiero hacer. Y tiene razón. Una vez más.

Asumo que no hay nada que hacer, y voy a Customer Service de BA. Les explico la historia, esperando un reembolso o un cambio de fechas, al fin y al cabo, tengo que volver a California en Julio. El tipo me confirma que eso lo tiene que gestionar la agencia de viajes, no ellos. Y me siento como el personaje del artículo de Larra “Vuelva Usted Mañana”, y en mi cabeza ya no escucho lo que me explica, sólo oigo algo así como “la parte contratante de la primera parte es igual a la parte contratante…”.

Llamo al teléfono de emergencias de la agencia de viajes. Suena muy molón esto de “emergencias”, me siento como John McClane, pero en cutre. Recordemos que es domingo, amigos, y en España se tiene la estúpida costumbre de cerrar todo en el jodido día del señor. Mi llamada al teléfono uno es inútil, según el tipo que me atiende, ellos “no me pueden ayudar”, pero me da un teléfono dos. Ok, llamo a teléfono dos, y una muchacha, muy maja, se hace cargo de mi situación, pero “es que” me dice, ella “no tiene los datos de mi empresa”… estamos apañados. Me cuelga prometiéndome que me llamaría en breve, y yo me siento como cuando esa chica con la que te has tomado unas copas y te gusta te dice, al dejarla en su casa, “ya te llamaré”, pero sabes que no lo va a hacer nunca. No, en su lugar, y tras 25 largos minutos, me llaman de un teléfono tres, en el que básicamente me dicen que no me preocupe, que la pasta del billete no la pierdo, cosa que me imaginaba porque la matrona brit de BA ya me lo dijo, pero que me tengo que apañar yo para volver a Barcelona.

Así que vuelvo al mostrador de Customer Support de BA. En esta ocasión me atiende una muchacha joven que habla inglés con acento eslavo. Oooootra vez a contar mi historia, mostrando mi pasaporte destrozado como prueba fehaciente de que no soy ningún chalado que se ha colado en la terminal. Sorprendentemente, actúa con diligencia, me da una tarjeta de embarque para un Londres-Barcelona que sale en un par de horas, y cuando le comento acerca de mi maleta, se ocupa de hacer una llamada para que coloquen mi maleta, entonces perdida en el limbo, en mi nuevo vuelo. No puedo más que decirle que es la única persona de BA que ha actuado con diligencia conmigo hoy, y me regala una sonrisa.

No es que esté mejor, pero el temor a perder el billete ha desaparecido, lo cuál no es poco, y la resignación me ha invadido. Sólo me queda esperar. Mi vuelo a Barcelona se retrasa un poco y pienso que hasta que no cruce la puerta de salida de El Prat, algo más me puede pasar. Evidentemente, al aterrizar, mi maleta no está. Pero a esas alturas de la noche, diez y media, tras horas de peripecias aeroportuarias, una incidencia como ésa ya no me afecta. Hago el trámite correspondiente (uno más!!) y me informan de que mi maleta está localizada en Heathrow, que me la envían mañana. Y la verdad, ni siquiera me importa.

Moraleja de la historia: niños, llevad siempre el pasaporte en un estado impoluto de revista. De nada.

Canciones:

The Killers: “Spaceman”
Bobby Bland: “Shoes”
Guns n’ Roses: “Use To Love Her”

7 comentarios:

Eerie Cris dijo...

¿Me juras que esto es cierto? ;-) Jobar, ni que tuvieras el pasaporte descuartizado, o que eso fuera el signo definitivo de actividad peligrosa...

F.A. Giovanni dijo...

Hace años me ocurrió algo parecido, con la diferencia de que yo al final partí con éxito y de que el desastre previo estuvo causado por mí, no por un paki. Lo diré sin miedo: no me percaté de que tenía el DNI caducado. Facepalm.

Pd: Lo del viaje de negocios a San Diego suena muy high level xd

Toi Brownstone dijo...

Me olía algo así, pero realmente tenías razón, muy rocambolesco el tema, o como diríamos algunos, muy Spinal Tap.

Lo fuerte es que nadie te comentara acerca del peligro del deterioro del documento en tus últimos viajes, pero bueno, la gente es bastante poco dada a advertir cuando realmente sería de utilidad.

Hoy lo comentaba con una azafata, si tu amiga de BA no te llega a parar en Heathrow, te chupas tus 10 horitas a SD, te paran, te miran con cara de WTF y te mandan de vuelta a Londres en el primer avión disponible deportado, sin considerar tu "posible" agotamiento físico, así que...casi mejor así.

Por otro lado, a pesar de sentir que te sucediera esto, el relato ha sido de lo más descojonante que he leído últimamente y me has arrancado un par de buenas carcajadas.

KARLAM dijo...

¿Y dices que esto te pasó con el passport a punto de caducar? Vaya, pues va a ser verdad eso de la obsolescencia programada. Cuando le dan 5 años de vida es que poco antes también puede cascar. Y cascó.

Saludos

kar dijo...

EEIRE CRIS, jurar, no juro, que eso es pecado y es mortal :-P ... y aunque de nada de lo que leas en estas líneas puedes estar segura de que sea o no cierto, te puedo jurar que sí, que es cierto.

DANI, lo del DNI caducado es un clásico. A mí me pasó, una vez, 14 años, con el instituto nos llevaban a Cotlliure, en Francia. Cuando mi madre se enteró de que no podía ir por tener el DNI caducado y ya había pagado la excursión, le hizo gracia cero.

TOI BROWNSTONE, me alegro de que al menos hayas pasado un rato entretenido leyéndolo. La realidad supera a la ficción, siempre.

KARLAM, y más con el pasaporte "nuevo", el que tiene banda magnética. Piensa que la primera página se pasa por un lector de bandas siempre, con lo que es necesario forzar las tapas para abrirlo bien. Aviso a navegantes.

Un saludo, y gracias por los comentarios... vuestros comentarios son el motor de NDK, jerid@s!

Karioshi dijo...

Jua jua jua
Piensa que esto mismo en Arabia Saudi hubiese sido muchoooo más gracioso

Anónimo dijo...

pues as mi me acaba de pasar hoy no me dejaron viajar esta maldita compania avianca mi pasaporte esta un poquito despegado y las imbeciles que facturan me dicen q no puedo viajar y yo habia viajado con el mismo y con el pasaporte igual incluso por USA y no tuve problemas hasto hoy con esas personas muy malas que me atendieron,,,,