Bueno, esta
es una historia verídica. El domingo pasado tenía un viaje de trabajo. Me iba a
los Estados Unidos, a San Diego, para ser exactos, como he ido otras muchas
veces. En esta ocasión estrenaba trayecto, hacía Barcelona-Londres-San Diego,
en una novedad interesante, pues hasta hace muy poco no existía ningún vuelo
directo desde un aeropuerto europeo hasta San Diego, de modo que lo habitual
era parar en Los Angeles para luego llegar a San Diego, ya sea en un vuelo
interno, o en coche.
Allí estaba
yo con mi aplicación ESTA confirmada, lo que resulta ser un pseudo-visado
necesario para entrar en USA, y con mi pasaporte. Detengámonos en este último
documento, porque será crucial en el relato. Los pasaportes expedidos a menores
de 30 años tienen una duración de 5 años, fecha en la que caducan. Todos
tenemos en mente un pasaporte, ¿sí? Mis primeros recuerdos del concepto
“pasaporte” vienen de la serie de dibujos “La
Vuelta Al Mundo De Willy Fog”, donde el león Fogg tenía que presentar
sellos de los países visitados para dar veracidad de su hazaña y así, poder
cobrar su apuesta, pues, no lo olvidemos, Fogg no era un aventurero altruista,
precísamente. En cualquier caso, eso de los pasaportes y los sellos aduaneros,
para mí, un hijo de la CEE y luego UE, acostumbrado a viajar por mi entorno
europeo con mi triste y aburrido DNI, resultaba algo como mágico, como de
película de diplomáticos que resultan ser espías dobles.
Bien, mi pasaporte
había sido expedido en septiembre de 2007, por lo que el lector avispado se
habrá dado cuenta de que le quedaba poco tiempo para necesitar un proceso de
renovación. En fin, aunque a punto de la jubilación, allí estaba. Un poco viejo
y deteriorado de tanto ajetreo, pero con todas las páginas en su sitio,
débilmente pero aún sujetas a la cubierta, en forma de una libretita molona.
Hawaii, Bombay, Tijuana y Singapuuuuur... |
A llegar al
mostrador de facturación de El Prat, la primera sorpresa desagradable. La
persona de Iberia chequea mi pasaporte y me dice que no me puede dar la tarjeta
de embarque del Londres-San Diego por no sé que tontería burocrática, lo cuál
significaría tener que hacer otra cola en el aeropuerto de Londres Heathrow.
Contrariado, paso por un control de la Guardia Civil, donde chequean mi
documentación una vez más antes de acceder a la zona D de la terminal, y
tomarme un merecido desayuno en la sala VIP.
Justo antes
de embarcar en el avión hacia Londres, y mientras me chequean el pasaporte, les
pido que revisen el asunto de mi tarjeta de embarque Londres-San Diego.
Sorprendentemente, lo hacen, un par de llamadas y arreglan lo que la imbécil
del mostrador de facturación no supo o no quiso arreglar. Mi vuelo estaba
comprado en Iberia pero operado por British Airways (BA). Más contento, subo a
mi vuelo, tranquilo de poder contar con el tiempo suficiente para hacer el
transfer de terminales en Heathrow, ya que los vuelos hacia EEUU salen de la
otra punta del aeropuerto de la que se aterriza desde Barcelona.
Y desde luego
que me fue estupendamente el hecho de tener mi tarjeta de embarque lista: al
aterrizar en Heathrow una señora cola en la zona de transfer me recibe. Al
final, resulta no ser para tanto, pero no olvidemos que debo acceder a través
de la frontera del Reino Unido, es decir, un funcionario que escanea mi
pasaporte una vez más para comprobar que no soy un terrorista ni una mala
persona, así, en general. Y como si de un moderno Hércules fuera, una última
prueba me separaba de mi destino final, la puerta de embarque A34, y era el
control de equipajes. Ya sabéis, nada de líquidos, portátiles fuera, móvil,
cinturón, petaca, armas blancas, tubo para esnifar... todo a la dichosa
bandejita. Pero nada me iba a alejar de mi objetivo.
Localizada mi
puerta, espero. Jamás entendí a aquellos que tienen el ansia de hacer cola para
subir a un avión, como si el asiento no estuviera reservado. A no ser que sean
de los que embarcan maletas claramente mayores a las permitidas, jodiendo a los
demás… a todos aquellos: espero que ardáis en el infierno. Y cuando la cola se
finaliza, me persono en el mostrador para la revisión de documentación y
tarjeta de embarque. Allí, un funcionario paki de BA, como la mayoría en ese
aeropuerto (hay que ver qué variedad étnica) me recibe. Y ojo, que en este
punto viene la parte culminante de la historia.
El jodido
paki toma mi tarjeta de embarque, mi pasaporte, y no sé cómo se lo hace pero al
abrir el pasaporte, se queda con las tapas en una mano y el conjunto de
páginas, despegada, en la otra. Unos segundos de confusión y me dice que no me
puede dejar subir al avión, que mi pasaporte está roto. Intentando sobreponer
mi estado de shock, le digo que me lo ha roto él. Me responde que tal vez, pero
que eso era porque el documento estaba “deteriorado” y que así no me puede
dejar volar. Le armo el gran pollo, le digo que el pasaporte ha pasado por
hasta 6 manos diferentes antes que llegar a sus manazas y que si él es un torpe,
no tengo la culpa. Imagináos la escena, un vuelo intercontinental a punto de
cerrar, y vuestro juntaletras viajero favorito en pelea (verbal), o al menos lo
que su nerviosismo le permite, con un operario manazas. Llega la supervisora de
BA, una jodida matrona británica y me dice, con toda la flema y la calma del
mundo, que lo deje estar. Que no hay nada que hacer. Que no sólo no voy a subir
en ese avión sino que todavía he tenido suerte, si eso me hubiera pasado en el aeropuerto
de San Diego, me habrían prohibido la entrada igualmente. Su calma y su dicción
BBC me ponen más nervioso todavía. Pero la verdad es que tiene razón, aunque el
hijodeputa de su subalterno sea un manoplas, así no puedo irme a USA.
Lo bonico que era... |
La muy
imbécil mira el registro de vuelo y ve el cielo abierto. En la base de datos de
mi ticket lee la palabra mágica: REFUNDABLE … y ya no hay pie a discusión, como
mi billete admite cambios o reembolso, me dice, básicamente, con buenas formas
y en inglés, que me pueden dar mucho por el culo y que deje de armar escándalo.
A todo esto, el avión, mi avión, ya se ha largado. Y queda la gran pregunta:
qué hacer? Mi amiga la matrona brit de BA (el jodido paki se escondió como una
rata) me comenta que puedo ir a Londres a la embajada y pedir un pasaporte de
urgencia. Pero claro, es domingo, así que esa opción queda descartada. ¿Me espero
al lunes? ¿Y qué probabilidades hay de que vaya el lunes, me hagan el pasaporte
el mismo lunes, pueda volver a Heathrow y tomar un vuelo a San Diego? Y si así
lo hiciera, ¿qué hago llegando a San Diego, con suerte, en martes por la tarde?
Todo aquello en tal estado de tensión que la perra de BA, no sé si apiadándose
o hartita de aguantarme, me dice que me vaya, me siente, me relaje y medite qué
es lo que quiero hacer. Y tiene razón. Una vez más.
Asumo que no
hay nada que hacer, y voy a Customer Service de BA. Les explico la historia,
esperando un reembolso o un cambio de fechas, al fin y al cabo, tengo que
volver a California en Julio. El tipo me confirma que eso lo tiene que
gestionar la agencia de viajes, no ellos. Y me siento como el personaje del
artículo de Larra “Vuelva Usted Mañana”,
y en mi cabeza ya no escucho lo que me explica, sólo oigo algo así como “la parte contratante de la primera parte es
igual a la parte contratante…”.
Llamo al
teléfono de emergencias de la agencia de viajes. Suena muy molón esto de “emergencias”,
me siento como John McClane, pero en cutre. Recordemos que es domingo, amigos,
y en España se tiene la estúpida costumbre de cerrar todo en el jodido día del
señor. Mi llamada al teléfono uno es inútil, según el tipo que me atiende, ellos
“no me pueden ayudar”, pero me da un teléfono dos. Ok, llamo a teléfono dos, y
una muchacha, muy maja, se hace cargo de mi situación, pero “es que” me dice,
ella “no tiene los datos de mi empresa”… estamos apañados. Me cuelga
prometiéndome que me llamaría en breve, y yo me siento como cuando esa chica
con la que te has tomado unas copas y te gusta te dice, al dejarla en su casa, “ya
te llamaré”, pero sabes que no lo va a hacer nunca. No, en su lugar, y tras 25
largos minutos, me llaman de un teléfono tres, en el que básicamente me dicen
que no me preocupe, que la pasta del billete no la pierdo, cosa que me
imaginaba porque la matrona brit de BA ya me lo dijo, pero que me tengo que
apañar yo para volver a Barcelona.
Así que
vuelvo al mostrador de Customer Support de BA. En esta ocasión me atiende una
muchacha joven que habla inglés con acento eslavo. Oooootra vez a contar mi
historia, mostrando mi pasaporte destrozado como prueba fehaciente de que no
soy ningún chalado que se ha colado en la terminal. Sorprendentemente, actúa
con diligencia, me da una tarjeta de embarque para un Londres-Barcelona que
sale en un par de horas, y cuando le comento acerca de mi maleta, se ocupa de
hacer una llamada para que coloquen mi maleta, entonces perdida en el limbo, en
mi nuevo vuelo. No puedo más que decirle que es la única persona de BA que ha
actuado con diligencia conmigo hoy, y me regala una sonrisa.
No es que
esté mejor, pero el temor a perder el billete ha desaparecido, lo cuál no es
poco, y la resignación me ha invadido. Sólo me queda esperar. Mi vuelo a
Barcelona se retrasa un poco y pienso que hasta que no cruce la puerta de
salida de El Prat, algo más me puede pasar. Evidentemente, al aterrizar, mi
maleta no está. Pero a esas alturas de la noche, diez y media, tras horas de
peripecias aeroportuarias, una incidencia como ésa ya no me afecta. Hago el
trámite correspondiente (uno más!!) y me informan de que mi maleta está
localizada en Heathrow, que me la envían mañana. Y la verdad, ni siquiera me
importa.
Moraleja de
la historia: niños, llevad siempre el pasaporte en un estado impoluto de
revista. De nada.
Canciones:
The Killers: “Spaceman”
Bobby Bland: “Shoes”
Guns n’ Roses: “Use To Love Her”
7 comentarios:
¿Me juras que esto es cierto? ;-) Jobar, ni que tuvieras el pasaporte descuartizado, o que eso fuera el signo definitivo de actividad peligrosa...
Hace años me ocurrió algo parecido, con la diferencia de que yo al final partí con éxito y de que el desastre previo estuvo causado por mí, no por un paki. Lo diré sin miedo: no me percaté de que tenía el DNI caducado. Facepalm.
Pd: Lo del viaje de negocios a San Diego suena muy high level xd
Me olía algo así, pero realmente tenías razón, muy rocambolesco el tema, o como diríamos algunos, muy Spinal Tap.
Lo fuerte es que nadie te comentara acerca del peligro del deterioro del documento en tus últimos viajes, pero bueno, la gente es bastante poco dada a advertir cuando realmente sería de utilidad.
Hoy lo comentaba con una azafata, si tu amiga de BA no te llega a parar en Heathrow, te chupas tus 10 horitas a SD, te paran, te miran con cara de WTF y te mandan de vuelta a Londres en el primer avión disponible deportado, sin considerar tu "posible" agotamiento físico, así que...casi mejor así.
Por otro lado, a pesar de sentir que te sucediera esto, el relato ha sido de lo más descojonante que he leído últimamente y me has arrancado un par de buenas carcajadas.
¿Y dices que esto te pasó con el passport a punto de caducar? Vaya, pues va a ser verdad eso de la obsolescencia programada. Cuando le dan 5 años de vida es que poco antes también puede cascar. Y cascó.
Saludos
EEIRE CRIS, jurar, no juro, que eso es pecado y es mortal :-P ... y aunque de nada de lo que leas en estas líneas puedes estar segura de que sea o no cierto, te puedo jurar que sí, que es cierto.
DANI, lo del DNI caducado es un clásico. A mí me pasó, una vez, 14 años, con el instituto nos llevaban a Cotlliure, en Francia. Cuando mi madre se enteró de que no podía ir por tener el DNI caducado y ya había pagado la excursión, le hizo gracia cero.
TOI BROWNSTONE, me alegro de que al menos hayas pasado un rato entretenido leyéndolo. La realidad supera a la ficción, siempre.
KARLAM, y más con el pasaporte "nuevo", el que tiene banda magnética. Piensa que la primera página se pasa por un lector de bandas siempre, con lo que es necesario forzar las tapas para abrirlo bien. Aviso a navegantes.
Un saludo, y gracias por los comentarios... vuestros comentarios son el motor de NDK, jerid@s!
Jua jua jua
Piensa que esto mismo en Arabia Saudi hubiese sido muchoooo más gracioso
pues as mi me acaba de pasar hoy no me dejaron viajar esta maldita compania avianca mi pasaporte esta un poquito despegado y las imbeciles que facturan me dicen q no puedo viajar y yo habia viajado con el mismo y con el pasaporte igual incluso por USA y no tuve problemas hasto hoy con esas personas muy malas que me atendieron,,,,
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