Bueno, bueno… habíamos dejado al Barça sumido en una
crisis, probablemente de identidad, más que de resultados, al fin y al cabo, la
99-00 había sido una temporada en blanco, pero se venía de dos ligas
encadenadas. El efecto Van Gaal, sin embargo, había arrasado con todo. Y
después de una crisis, qué iba a venir? Pues está claro, una crisis aún mayor.
Se podría decir que la mayor desde principios de los ochenta. O más. Y como en
todas las casas mola tener un culpable, aquí podemos poner nombre y apellidos: Joan
Gaspart. Un tipo que en apenas tres años dilapidó una fortuna que el club no
tenía ni generaba, y se cargó una reputación, con unas decisiones
inverosímiles, que hicieron del club una especie de chiste de mal gusto,
cerrando para siempre una etapa del barcelonismo, el nuñismo.
Y es que tras la dimisión de Núñez en verano de 2000,
se celebraron unas elecciones a las que concurrían bastantes candidatos, pero
con una polaridad clara: el continuísmo que propugnaba Joan Gaspart, más de
veinte años en la vicepresidencia con Núñez, o la ruptura, que en aquél momento
tenía un nombre, Lluís Bassat, que aglutinaba también a la corriente de
l’Elefant Blau.Y como el Barça es un club bastante particular, contra cierto
pronóstico, fue Gaspart quien se llevó el gato al agua. Visto ahora, parece que
no se entienda, pero en aquél momento la masa social más chapada a la antigua,
no le agradó la pátina de supuesta modernidad que quería imprimir Lluís Bassat.
La campaña electoral fue bastante ridícula (con acusaciones a Bassat de ocultar
su condición de judío incluidas), y como suele ocurrir, al final, otros
candidatos de menor peso se unieron a candidaturas con mayor representación.
Así, Joan Gaspart ganó las elecciones, incluyendo en su grupo a otros dos
candidatos, Àngel Castells y Àngel Fernández, AKA, Don Piso, un tipo que se
había presentado en dos ocasiones más a la presidencia y que nos regaló
declaraciones de lo más hilarante. Al final, la junta Gaspart resultó la más
numerosa de la historia culé, con 75 miembros (¡!!!)
Así, la temporada 2000-2001 no podía ir bien, de ninguna de las maneras. Y más si contamos con
la bomba que le estalló a Gaspart en sus primeros días de presidencia: Luis
Figo fichó por el Real Madrid, en un acto que la culerada no perdonó. Florentino
se presentaba a la presidencia con ciertas posibilidades, y necesitaba un
gancho, y cuál mejor que “robar” al jugador más en forma del Barcelona. No
sería el primero ni el último en cambiar la chaqueta del modo más radica, pero
hay que reconocer que ése, hizo daño.
El puesto de entrenador recaía en Serra Ferrer, quien
había hecho un buen papel tanto con Mallorca como con Betis, pero al que el
puesto le iba a quedar grande. Tampoco le culpemos, el ambiente era de todo
menos propicio. No sólo la temporada comenzaba enrarecida, por el abrupto final
de la anterior, la contienda electoral y el caso Figo, sino que también se
inició una carrera de fichajes esperpéntica.
Veamos, se fichó a otro portero, Dutruel, que añadía
un capítulo más al show de la portería azulgrana. Se fichó a otro holandés,
seguramente, herencia de Van Gaal, Marc Overmars, quien había figurado en la
órbita barcelonista durante años (era el clásico fichaje que el Sport y el
Mundo Deportivo daban por hecho cada mes de julio, para no materializarse).
Tras triunfar en el Ajax, recaló en el Arsenal con más pena que gloria, y lo
mismo proporcionó a la afición catalana, más pena que gloria. 6500 millones de
pesetas, el fichaje más caro de la historia blaugrana, ahí es nada. En el
paquete se trajo a Emmanuel Petit, también del Arsenal, por el que se pagaron
2500 millones de pesetas. Es decir, de una tacada, l’amic Joan había pagado
9000 millones al club londinense que, desde aquél momento, claro, ponía una
alfombra roja cada vez que un directivo del Barça llamaba. Y para acabarlo de
rematar, se recuperó a Gerard, centrocampista del Barça B que, al no ver
oportunidades en el club, se marchó, y acabó triunfando en ese Valencia que
machacó siempre que quiso al Barça de Van Gaal. 3100 millones de nada. Pagar
esa cantidad por un jugador que había marchado “de casa” fue una jugada arriesgada que no gustó a
mucha gente.
Y qué podemos sacar de todo esto? Pues que
absolutamente nada funcionó. Los fichajes dieron un rendimiento lamentable,
total y absolutamente. Petit publicó no hace mucho una autobiografía en la que
se despachaba a gusto con su año en can Barça, describiéndolo como un club
ridículo y dividido entre los holandeses, los catalanes, y los demás. Y visto
en perspectiva, no parece estar muy equivocado. Serra Ferrer fue cesado en
Mayo, y un viejo conocido se hizo cargo del club, Carles Reixach. Sin embargo,
sólo pudo salvar los muebles clasificándose, en el último partido, como en la
4ª posición liguera, la última con acceso a Champions League, y gracias al
mítico gol de chilena de Rivaldo. Liga que ganaría el Real Madrid. Por lo
demás, sería la segunda temporada seguida en blanco.
Y tras el fiasco, se afrontó la temporada 01-02 con
Reixach en el banquillo y de nuevo con Gaspart tirando de talonario.
Comenzamos, cómo no, con otro portero. El baile de porteros azulgrana aumentaba
su cuenta, y se fichó al argentino Bonano, quien pese a entrar de suplente,
acabó haciéndose con la titularidad. Otro argentino, Javier Saviola, era
llamado a ser el gran crack del Barça, el nuevo Maradona. Pero si citamos el
resto de fichajes, bueno, deja en agua de borrajas los Okunowos, Dehús y otras
perlas que habían pasado por el vestuario barcelonista en los años anteriores.
Ojo a la lista, que no tiene desperdicio: el central sueco Andersson, el
brasileño Rochemback, otro brasileño, Geovanni, el francés Christanval y a
mitad de temporada, Francesco Coco, italiano. Qué? Puestos así, en forma de
lista, no me negaréis que no acojona… La cosa, claro, se había desmadrado definitivamente.
Y eso que en lo deportivo, hubieron algunos destellos
de ilusión, especialmente en la Champions, cuando se llegó a semifinales,
siendo eliminados por un Real Madrid que se llevaría el trofeo ese año. Aquél
fue un golpe duro. Y al final, cuartos en la liga y tercer año consecutivo en
blanco.
De modo que para la temporada 2002-2003 hacía falta
un revulsivo. Carles Reixach había sido invitado a marcharse, pero siendo
honestos, nadie quería hacerse con el puesto de ese Barça denostado, enloquecido
y con unas urgencias que muy pocos querían aguantar. Así que Joan Gaspart tuvo
una feliz idea, idea que cuando se sugería como posibilidad aquél verano en la
prensa, nadie quería creer… pero ocurrió: sí, a Joan Gaspart no se le ocurrió
otra cosa que fichar de nuevo a Louis Van Gaal.
Aquello era como un chiste. Como si se hiciera a
propósito. Como cuando sales con unos amigos y te apuestas a ver quién se liga
a la chica más fea. Pues Van Gaal era, en ese caso, la más fea. Con esta
premisa, nadie ya esperaba nada, y mira, en eso la afición se equivocó… sí
pasaría… se hizo el mayor ridículo de los últimos 30 años. O más.
Otra vez, el capítulo de fichajes daba risa.
Comenzando, otra vez, por la contratación de un nuevo portero, como si del día
de la marmota se tratara: Robert Enke, alemán que ni siquiera tuvo la
titularidad. Completaban el póker de refuerzos los argentinos Riquelme, otra
supuesto diamante en bruto a explotar en Europa y Sorín, conocido por unas
imágenes suyas bailando en el escenario de un concierto cuando estaba lesionado.
Y finalmente, Gaizka Mendieta, otro fichaje de ese Valencia que hundía al Barça
en cada enfrentamiento. Y es que con Gerard y Mendieta, sólo faltaba haber
repescado al Piojo López. Una lástima que se fichara a un Mendieta en horas
bajas, tras una temporada en el Lazio y lejos del jugador que maravilló en
Mestalla.
Mendieta pre-alopecia
Y el final es por todos conocido. Tras unas
elecciones, Joan Laporta vence a Lluís Bassat (en una lucha fraticida) y se
trae a Ronaldinho y a Rikjaard, quien sustituiría a un Antic que tal vez mereció
una oportunidad, pero que sin duda pagaba los platos rotos. Como epílogo, diré
que esa siguiente temporada, 2003-2004 tampoco se ganó título alguno, sumando
la quinta temporada en blanco. Y sin embargo, para que veamos que a veces, en
el fútbol, los títulos no lo son todos, la afición estaba razonablemente
contenta. Y con ello se cerró una etapa más que convulsa de la historia del
Barça. Pero diablos, con unos momentos de esperpento de lo más divertidos. A
toro pasado, claro.
Canciones:
John Lennon: “Mother”
Loquillo y Trogloditas: “Arte y Ensayo”Iggy Pop: “Dum Dum Boys”
6 comentarios:
Tengo que decirle a mi novio que se pase a leer este especial del Barça XD
Yo con los que me descojoncio es con los pies de foto :D
Me he leído las tres, y que bueno es tener memoria. Lo que ha pasado por Barcelona...
Enhorabuena por los post.
Un saludo
Y Dugarry que, otro que tal. De todas maneras, ojito con la portería actual del Barça. Se nos lesiona Valdés y Pinto titular! Un patán digno del gasparismo!
Emocionantes posts, tío! Que selectiva es la memoria, los cules hemos pasado un tupido velo, jeje.
ROGUE, bueno, que sepas que dejaré de hablar de fútbol durante una temporada larga, así que podrás disfrutar de algo más que de los pies de foto ;-)
JOHN P. MAAAULA, si es que nos olvidamos tan fácilmente de todo... que ahora escucho opiniones gran parte de la afición y de la prensa y me parece como si hablaran de otro club.
SAMMY, ... Dugarry!! me había olvidado por completo de ese inútil!! si es que, como decía el lector anterior, lo que ha pasado por Barcelona, es de órdago. Por otra parte, gran verdad la que apuntas, más vale que Valdés nos dure muchos años, porque entre Zubizarreta (portero que nunca me gustó nada) y Valdés, pasaron diez años, y más de una docena de porteros, que duraban en el tiempo lo que un batería en Spinal Tap.
En fin, gracias a todos aquellos a quienes les ha gustado esta pequeña, e inusual incursión en el mundo del fútbol.
Como madridista que soy, añoro esos tiempos, aunque nosotros también fchábamos a algunos que tela: Vitor, Secretario, Ognjenovic...)
VÍCTOR HUGO, jurl, Secretario!!! sí, está claro que en todas las casas cuecen habas!! Los otros que comentas ni los recuerdo, la verdad.
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