Esta noche os escribo desde un hotel de carretera cerquita de Calahorra. Esta mañana he salido para Pamplona, he hecho ver que trabajaba un poco y a última hora de la tarde me he marchado dirección Calahorra. Calahorra siempre me ha sonado a medioevo castellano. ¿No había algún pasaje del Cantar de Mio Cid que tenía lugar en esta ciudad? En fin, dudo que a nadie, a estas alturas, le importe lo más mínimo el Cid, Menéndez Pelayo, el Mester de Clerecía y Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor este último cuyos padres eran, sin duda, unos cachondos.
Lo más remarcable del día de hoy ha sido el trayecto desde Pamplona hacia el punto de la N-232 en el que me encuentro (yo, y el hotel, conmigo dentro, claro). Salía de allí a las siete de la tarde, oscurecía. Mi orientación no es precisamente la de Miguel De La Cuadra Salcedo, de modo que mi GPS, aunque antediluviano, me resulta tan vital como el propio vehículo. Sin embargo, se trata de un artefacto diabólico, capaz de ponerme en un aprieto cuando menos me lo espero. Sorprendentemente, apenas tarda 10 minutos en encontrar señal de GPS, de modo que me las prometo felices pensado que el trayecto, apenas 80 km, va a transcurrir sin problemas. Y sin problemas transcurre, pese a que algo me mosquea. De repente me hace abandonar una autovía y comienza a meterme en carreteras nacionales. Carreteras nacionales vacías. Carreteras nacionales vacías y de noche. Carreteras nacionales vacías, de noche, y con nieve. No pasa nada, pienso. El aparato me indica que sólo me faltan 14 km. En esas, oigo las fatídicas palabras: "no se ha encontrado el GPS". No puede ser. De repente me veo sólo en unas carreteras nacionales vacías, nevadas y de noche, y sin conocer el trayecto. Ah, la impotencia del hombre, un animal subyudago por su inadaptación a los medios, tristemente maquillada bajo el tambaleante resorte de una tecnología traicionera. Me cabreo. Me acojono. Me sobrepongo e intento buscar orientación. No lo consigo. Me cabreo otra vez. Y cuando menos me lo espero, una voz celestial se alza para indicarme: "a 500 metros gire a la derecha". ¿Por qué? ¿Qué extraño arcano a devuelto a la vida a mi GPS súbitamente? Quién sabe. Resultado: Casi dos horas para un trayecto de 45 minutos.
Limpio y con clase
Mi hotel es un hotel de carretera, repleto de camioneros y comerciales. En un estúpido ataque de prejuicios, me siento observado al bajar al restaurante cargado con un libro que leer en la mesa. Me doy cuenta de este prejuicio, no obstante es evidente que me he sentido así, aunque no esté bien. La semana pasada me ocurrió algo similar, cogía un vuelo de vuelta de Madrid a Barcelona, y resultaba ser un Madrid-Barcelona-Tel Aviv. Fue subir al avión, al que llegaba algo tarde, y toparme con un pasaje compuesto en su mayoría por judíos israelíes, con su kipá (vamos, la boinilla judía), y entrarme mal rollo. No tengo la culpa, para mí, la imagen de los judíos israelíes se asocia rápidamente a esas noticias de colonos con mala leche armándola en los territorios ocupados. La culpa, claro, es de la tele.
Canciones:
No Doubt: "Sunday Morning"
The Rolling Stones: "Stop Breaking Down"Los Salvajes: "Satisfacción"
7 comentarios:
no intentes comparar un vuelo madrid-barcelona-tel aviv con un hotel de calahorra..... ;-)
Calahorra si que tiene clase. La Rioja entera la tiene. E Iruña ni te digo.....
El único cantar que se me ocurre ahora mismo sobre Calahorra es ésa jota que dice:
Calahorra Calahorra
Que pareces Guasintó-on
Tienes bares y la hostia
Casaputas y el copó-on
Marinero en Marte, no se trata de Calahorra en sí, sino de un hotel en la nacional de Calahorra a Logroño, poca broma. Como dices, incomparable.
Calahorra Calahorra
Que pareces Guasintó-on
Tienes bares y la hostia
Casaputas y el copó-on
que viva la cultura popular
No me sea desdeñoso con el Cid, Kar! Le invito a que me nombre un solo personaje histórico catalán que mole tanto como Mr. Rodrigo Díaz de Vivar. Y no vale decir "Guardiola".
Un saludo!!
bueno, ya me extrañaba que el orgullo burgalés no saliera a defender a su gran ídolo, después del tío que inventó las morcillas y del entrenador que subió al Burgos a 1ª. Mira, por lo que a mí respecta, sólo hay un Cid en este mundo, y ese es Charlton Heston. Que mola mucho más que el capitán cavernícola barbudo y cutre de la estatua. Pero vamos, que un saludo al Cid, a Doña Jimena y a Menéndez Pelayo. Y a vos, claro.
"De repente me hace abandonar una autovía y comienza a meterme en carreteras nacionales. Carreteras nacionales vacías. Carreteras nacionales vacías y de noche. Carreteras nacionales vacías, de noche, y con nieve. No pasa nada, pienso..."
Esto de quién es? de Cortázar? Es buenisimo, juas
podría decir que efectivamente Cortázar es uno de mis escritores de cabecera... pero no, lo más parecido a ello es César Martín ;-)
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