domingo, 12 de octubre de 2008

Unos días en Madrid

La semana del concierto de R.E.M. la aproveché para quedarme desde miércoles hasta domingo en Madrid. Sin duda se trata de una ciudad que me encanta. Lo que pasa es que lamentablemente voy siempre (y muy a menudo) por trabajo, con lo cual, claro, la cosa cambia. Esta vez nos alojábamos en un apartamentito en la Calle Mayor, a 500 metros de la Puerta del Sol. Es decir, en pleno meollo madrileño. Perfecto. Y es que una de las cosas que me llama la atención de Madrid, que me atrae, es sus particularidades. Su casticismo. Sus costumbres, más diferentes de las de Barcelona de lo que pudiera parecer a priori. Obviamente, esa es una simplificación facilona desde un punto de vista distorsionado del barcelonauta. Y ni eso, pues hace ya cuatro años que dejé de vivir en la urbe. Qué le voy a hacer, simplificado o no, es lo que me atrae, y me repele a la vez. Es como la Plaza de Toros de Las Ventas. Odio el toreo y todo lo relacionado con lo que dan en llamar “la fiesta”. Pero a su vez, ese edificio y esas tascas de alrededores, que parecen empeñadas en no arrancar las hojas del calendario, a excepción del televisor, no puedo evitarlo, me generan curiosidad.

El día siguiente al concierto es un buen día para dar buena cuenta de una comida pantagruélica y de pasear por el centro de los madriles. Aprovecho para acercarme hasta la calle Fuencarral. Tengo un familiar en Madrid, y hace años iba, de vez en cuando, unos días en vacaciones. Y era algo así como una experiencia iniciática y un acercamiento a las corrientes modernas. Nada que no hubiera en mi ciudad, pero esos días me llevaban a bares, a las tiendas de ropa alternativa, a las tiendas de discos, a ver películas italianas en V.O.S.E. De manera que Madrid siempre me recuerda a esa época. Descubro como la calle Fuencarral ha perdido algo de magia, demasiada boutique pija de las de toda la vida, pero con un cartel graffiteado para parecer más alternativa. Sin embargo, el mercadillo de Fuencarral sigue allí, y es un gusto chafardear las miles de camisetas, las bambas, los complementos y la ropa. Por poco tiempo, según dicen. Javiruli, que viene con nosotros, se lanza a por una camiseta de su admirado Bud Spencer, y tras su compra, el chaval que regenta el tenderete le pide que firme un manifiesto en contra de la desaparición del Mercadillo. Al parecer, es inminente, y si la cosa no cambia, a primeros del año que viene será historia. Una verdadera lástima, si se acaba perdiendo el Mercadillo de Fuencarral.

El Mercado de Fuencarral echa el cierre. Foto de aquí.

Por la noche nos llevan por La Latina, barrio encantadoramente castizo con una oferta para el tapeo y la cena rápida brutal. Tras comer como puercos en una tasca, acabamos en un bar, “El Viajero”, medio pijito, gin-tonics de Tanquerai y una terraza que seguramente podría ser apetecible unas semanas atrás, pero el frío ya lo impide.

El día siguiente es para el Museo Reina Sofía, que hace más de diez años que lo vi, y no había vuelto. No tengo el cuerpo para grandes exposiciones, de manera que me limito a buscar lo que quiero ver, a saber, el Guernika, los lienzos de Picasso, Miró y Dalí, y una exposición de Robert Capa algo sosita. Y el siguiente destino es el Cosmocaixa, donde hay una exposición acerca de Chaplin. Sorprendentemente gratuita, se trata de una exposición de fotografías con muy poca información de la vida personal de Charles Chaplin. Interesante, también.

La noche es para ir a Malasaña, zona que apenas conozco. Cenamos muy tarde (para el horario de Barcelona) donde podemos compartir comedor con el injustamente olvidado Jaime Bores. Dios, toda una celebrity. Y tras la cena nos adentramos en la maraña de bares. Se me ocurre la reflexión de que la zona mola mucho. Cientos de bares, mucha gente transitando, pero en una zona muy céntrica y accesible. Y sin embargo, entiendo que en una ciudad como Barcelona, tan volcada con la consecución de altas cotas de civismo, se desmantelaría un Malasaña en menos que canta un gallo. Y lo puedo entender, a diferencia del Poble Nou, se trata de una zona totalmente residencial, con miles de vecinos que deben soportar ruidos, meadas, vómitos, pestes y otras cosas que no quiero relatar. Hacerme esa clase de reflexiones significa que me estoy haciendo viejo?

El caso es que paso por un par de bares, descubro el mítico Penta que cualquier documento sobre la Movida (cosa cansina, tanto bombo) nombra. Me lo imaginaba más grande. La noche es muy fría, y nosotros vamos con la ropa de veranillo que traíamos de casa, de manera que esos 7 grados nos hacen muy chungo el paseíllo hacia casa.

Malasaña. De día.

El día siguiente es para hacer compras, previo darse un homenaje a base de churros con chocolate en San Ginés. Y sólo diré dos palabras: Discos Yunque. Bajo esa cutrez de nombre nos encontramos con dos tiendas, dos locales igual de cutres, pero que venden CD’s nuevos (también algo de 2ª mano) a precios ridículos. Mucha morralla, pero podías encontrar alguna gema, nueva y a precios de 6 euros. Acabé comprándome varias cosas, entre ellas, el “Wax Ecstasic” de Sponge y el “Live in London” de Space Age Playboys, es decir, discos que no son precisamente fáciles de encontrar. Y las novedades discográficas, a precios tirados. Javiruli se compró el “Death Magnetic” de Metallica por sólo 10 euros (¡!). Ignoro qué beneficios reporta esa tienda con esos precios, pero no puedo dejar de sentirme timado paseando luego por FNAC. Lo de los CD’s antiguos todavía lo entiendo, parece como si compraran excedentes que las grandes superficies no vendieron y lo deben hacer a precios reventados. Lo de las novedades a 10 y 12 euros no tiene explicación para mí. Ni falta que le hace.

Y el domingo, antes de la vuelta, paseíto por el Rastro. Vamos temprano, el tren sale al mediodía y no hay mucho tiempo, y la mañana es, una vez más, heladora. Cómo echo de menos mi chaqueta. El caso es que el rastro mantiene su ambiente entre castizo y chapucero, pero no veo nada interesante. Ni camisetas, ni ropa, ni vinilos de segunda mano (piezas mal conservadas a precios indecentes) ni revistas antiguas. Así que acabo mi jornada madrileña almorzando un bocata calamares antes de ir a Atocha. Dios bendiga al AVE.

Canciones:

Esclavos Del Vicio: “Tu Bendición”
Héroes del Silencio: “Bendecida 2”
Sponge: “Wax Ecstasic”

10 comentarios:

padawan dijo...

ay, Madrid, Madrid... es una ciudad de esas en las que vives, ni con ella ni sin ella :)

Joder, Fuencarral es como un zoo, vaya fauna que pasea por allí! Hay gente taaaaaaan cool!!!! Y mientras esto siga en manos de Gallar y Espe, van a cerrarlo todo y convertirlo en Zaras

Anónimo dijo...

Jaime Borés!

ROCK N´ROLL OUTLAW dijo...

Vaya tienda de discos esta del yunque: envidia.

Yo soy barcelonauta, como tú, y mira, supongo que me estoy haciendo viejo, porque no soporto las meadas, las potas y las mierdas en la calle, y odio, ODIO, a los erasmus que han invadido nuestra bella ciudad.

Muy buen post. Felicidades.

Unknown dijo...

Interesante tu visión del Madrid más castizo.
Saludos desde la cueva.

Lae dijo...

la verdad es que javiruli yo pasamos por el Fnac el sábado y el CD de Metallica estaba a 7€ más caro!!!! vaya timo.

PD: Tb encontramos un cd (No recuerdo el grupo) con etiqueta de precio de "carrefour", sí, en el FNAC ¿¿???

sammy tylerose dijo...

Pese a ser un barceloní chauvinista 100%, reconozco que malasaña es una pasada. Ya querría tener bcn esa docena larga de bares rockeros concentrados en una misma zona.

Aitor Fuckin' Perry dijo...

La próxima vez: Discos Rock & Roll Circus y luego otra que está al final de Calle Conchas... y no cobro comisión!!!! jajaj

Belén dijo...

Estuviste muy cerca de la libreria la clandestina, de un gran bloguero ;)

Y si, ahi está el penta... cuando fui también me desencantó pero le tengo cariño, imagina...

Besicos

kar dijo...

PADAWAN, sería una pena acabar con Fuencarral, que a pesar de todo, sigue molando.

LORENZOMBIE, con acento o sin él, efectivamente, el gran Jaime. Qué huérfana está la tele desde su marcha.

MARC MONJE, el rollito multicultural y cool de barcelona me carga cosa fina. También digo NO a los Erasmus.

BLUE MONDAY, claro está que cada uno ve la ciudad que quiere ver, y supongo que en Madrid hay mucho más que el casticismo, pero para ver moderneces, ya tengo mi ciudad.

LAE, lo de esa tienda era algo espectacular. Y da que pensar, porque si ellos pueden vender los CD's a esos precios, es que cualquiera puede...

SAMMY, yo soy barcelonés, pero no cahuvinista. Insisto, en los últimos años Barcelona se ha convertido en una suerte de parque temático cool, gay y para turistas.

AITOR, tomo nota de esas tiendas. Voy a Madrid cada mes, aunque sea por trabajo, de manera que una escapada siempre está bien.

BELÉN, supongo que lo del Penta es como si alguien de fuera va a Magic en bcn, o por poner un ejemplo más flagrante, lo que me pasó con el Whiskey A Go-Go de Los Angeles. A veces es difícil cubrir las espectativas de tanto mito.

saludos, abrazos, besos y arrumacos varios

Anónimo dijo...

Maese Kar!, hace ya mucho que no me paso por aqui, veo que sigues con tus andaduras y que todavia tienes tiempo de disfrutar esos pequeños placeres de la vida, como son los conciertos (y lo que ello conlleva).

Saludos company!