miércoles, 6 de junio de 2007

Madriz me mata (REPRISE)

Vuelvo a Madrid y al escribir me doy cuenta de que muchas de las cosas que quería plasmar en esta entrada ya las dejé anotadas hace algún tiempo. El caso es que vuelvo a Madriz, a ese hotel con un restaurante-cafetería donde se empeñan en no arrancar las páginas del calendario durante los 20 años que nos separan de 1987. He de reconocerlo, aunque podría cenar en cualquier otro sitio, me gusta hacerlo allí. Un libro me acompaña, y no sabéis lo difícil que es mantenerlo abierto mientras como. En ese sentido, cualquier libro que pase de las 200 páginas supone un problema. De vez en cuando no puedo evitar distraerme de la lectura y de la cena y alzar la vista para ver quién pasa por la cafetería. Y es que la ristra de personajes es un espectáculo en sí misma. El campeón de esta noche es un viejo MUY amanerado mudo, que entra como una exhalación y comienza a pasearse por la barra, mirando las tapas que hay bajo esos expositores tan clásicos de bar. De alguna manera, la sudamericana que está al otro lado, entiende que busca algo dulce y le ofrece el pudding, el flan, arroz con leche, y estas cosas. Cuanto menos, un tipo curioso.

Y es que para mí, Madrid siempre ha supuesto dos conceptos. El primero, casticismo. Digámoslo así. Un retorno a cosas que recuerdo de 15 y 20 años atrás, a maneras y formas que en esta Barcelona post-moderna hace tiempo que se dejaron en el pasado (sin ser, ello, necesariamente bueno). Ya sé que no es siempre así. En fin, no digo que Madrid sea así, sino que se me anotoja así. Por otra parte, para mí, Madrid siempre ha tenido ese punto de golferío y diversión, de un cierto libertinaje. Puede que sea porque fue el primer sitio al que viajé sólo. Puede que sea porque alguna que otra juerga me he corrido en la ciudad. Puede que sea por ver esa Gran Vía con tráfico, un jueves a las 2 de la madrugada. Por esa vida artística, cultural y festiva que tiene. Aunque haga demasiado tiempo que no la disfruto.

"Y como no estaba cansado, decidí correr hasta el final del condado (...)"

La novedad de hoy: he salido a correr. Yo creo que nunca había salido a correr, a hacer footing, como se decía antes. Hace tiempo que voy a un gimnasio dos o tres veces por semana, más por narcisismo que por salud, competitividad, y todas esas chorradas. Porque noté que una triste barriga era la señal que mi cuerpo me proporcionaba para darme cuenta de que ya no soy un crío. En tanto que esta semana no podía ir, decídí salir a correr. Cerca del hotel hay un parque, así que me enfundo bambas, pantalones cortos y iPod, y salgo con toda la intención. Para darme cuenta, a los 5 minutos de lo duro que es, y de lo diferente a una sesión de gimnasio, por más cardiobascular que haga. A los 10 minutos estoy que echo los higadillos, pero me comporto y al final aguanto hasta los 35/40 minutos. Y me siento entre heróico y ridículo. Así que creo que mañana paso. Por lo menos, mañana.

Canciones:

Billy Idol: "Rebel Yell"
Wham: "Last Christmas"
Blue Cheer: "Out of focus"

8 comentarios:

Belén dijo...

Yo siempre que iba a Madrid, venia mala... siempre decia que madriz me mata! juas

besos

Anónimo dijo...

'me siento heróico y ridículo'

Eso es como cuando uno sube a su casa por las escaleras, o acaba la ducha con el agua totalmente fría...
Se trata de un heroicismo extraño, porque siendo sinceros ¿valen para algo esos pequeños sacrificios? Supongo que no, pero la realidad es que te sientes mejor.

A mí Madrid me gusta, la siento más cercana a mí que BCN, más 'normal'... supongo que el hecho de haber vivido en BCN me ha alejado de ella.

DumDumBoy dijo...

A mi Madrid también me mola y mucho. Muchas juergas en Madriz, me lo he pasado mu bien.
Heroíco y ridículo es también dejar en alguna acera el cubata que llevas en la mano cuando te dirijes hacia casa y te das cuenta de que es totalmente useless.
Igual que levantarte un día que no tienes que hacer nada al las 8 de la mañana y ponerte a ver la tele.
O decidir que te vas a escuchar entero de una vez por todas ese disco de Tom Wait que se te atraganta, conseguirlo y que te siga pareciendo una mierda.

Anónimo dijo...

'levantarte un día que no tienes que hacer nada al las 8 de la mañana y ponerte a ver la tele.'

No sé si entra esto en lo que yo pienso que es una heroicidad, si hubieses hecho un par de abdominales... quizá. jajaja

DumDumBoy dijo...

Eso depende de los superpoderes que tengas.
El sueño es mi kriptonita.

kar dijo...

hombre, lo de despertarse a las 8 para acabar mirando la tele (el qué?? los dibujos??) es más ridículo que heróico, pero bueno... yo es que por las mañanas no soy persona...

ya veo que los cuatro coincidimos en el golferío madrileño... menudo peligro debería ser juntarse una noche allí!!!

ROSA dijo...

Pues voy a menudo a Madrid y ... no está tan mal...

Anónimo dijo...

¿Un calendario de hace más de 20 años?Cualquier año de estos coincidirán los días exactamente y volverá a ser útil.

Yo a veces también hago eso de leer comiendo. Si estás enganchada a un libro a veces es difícil parar para hacer cosas cotidianas como comer, dormir o andar por la calle. Esto me ocurre especialmente con las novelas de misterio y con Harry Potter, libros que quizá no merezcan un nobel, pero te empujan y obligan a seguir leyendo hasta el final sin poder parar.

Madrid me encanta, no sé si para ir de juerga (porque sólo ha salido una vez en plan tranqui por Chueca)pero sí como lugar para ver, o incluso vivir. Lo único que le falta es tener mar.