martes, 26 de junio de 2007

Desde mi balcón

Ahora mismo estoy en el balcón, disfrutando de una red wi-fi que algún vecino considerado tiene a bien cederme. Este balcón da a una zona ajardinada de un área residencial. Nada de ruido de tráfico. Nada de ruido de la calle, en general. Ventajas de haberse tenido que exiliar de Barcelona. Alguna tiene que haber, digo yo. Se nota el calor acumulado en la piedra, pero ahora sopla un airecillo fresquito. Sería un buen momento para encender un Camel, si no fuera porque no fumo. Me apetece un café, pero me da pereza prepararlo, así que creo que puedo prescindir de él.

Desde mucho tiempo atrás, la noche de san juan significaba para mí el comienzo de un largo verano, con diferencia, mi estación favorita del año. Cuando estaba en el cole era así. En el instituto solíamos acabar clases algo antes, pero en la universidad, entre exámenes y demás, en general me ocurría lo mismo: la llegada del verano astronómico coincidía, más o menos, con la llegada de mi verano personal, que se extendía hasta la segunda semana de septiembre. Hace algunos años que eso dejó de ser igual para mí, cosas de los absurdos ciclos laborales. Sin embargo, llegué a este fin de semana con la estúpida sensación de liberación, esa antigua liberación del estudiante que se enfrenta a casi tres meses de ruptura con la rutina. Ignoro por qué de repente me ocurrió, cuando he llegado al lunes y he vuelto, como siempre, al trabajo. Pero es agradable.

Y ahora estoy aquí, sin camiseta, notando el frescor del aire, y pensando cómo alguien puede echar de menos el dichoso frío y la tristeza del invierno. Y por un momento, sin saber por qué, me he sentido un poquito mal, porque el otro día le robé la antena a un coche. Me había encontrado que al mío, se la habían quitado. Es una antena de radio normal y corriente, de esas que se desenroscan. Hay algunos exagerados que cuando aparcan la quitan, para guardarla dentro y ponerla antes de arrancar de nuevo. Seguramente la mía sería víctima de algún chavalillo que la tomaría como trofeo durante una tarde hasta que la tiraría, cuando el tiempo le restara épica a la proeza. Harto de interferencias, decidí hacer lo propio en el parking del aeropuerto, cuando me topé con un modelo similar al mío. Ahora veo que igual de cabrón soy yo que ese chavalín. Espero poder vivir con la culpa.

Canciones:

Travelling Wilburys "Handle with care"
Joe Cocker: "First we take Manhattan"
Slayer: "In-a-gadda-da-vida"

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando la nostalgía y el remordimiento se dan de la mano, surge un post así.

Belén dijo...

Bueno, eso no ha sido robo, ha sido una putadita de un cabroncete... no es tan grave... o si? :P

Besazos!

kar dijo...

ese momento de dilema moral me duró lo que duraría ese camel ficticio

Anónimo dijo...

Siempre dije que tu muy legal no eras ... ahora ya se quien me quitaba las cosas de la ofi

Kunta

Lae dijo...

No te preocupes, el propietario de la antena seguramente se la quitará a otro coche con una antena similar y así sucesivamente.
En realidad las piezas desmontables de coches y motos estan creadas para que nos la robemos entre nosotros y así mantenernos distraidos, ya sea por el sentimineto de culpa o pq lo explicas en plan hazaña. La cadena se rompe cuando alguién se compra la pieza en cuestión y no la sustrae de otro vehiculo. Si no fuera así, no harían piezas desmontables, no?

PD: veo que no se han borrado tus raices ZF, aunque vivas fuerea ;-D

Anónimo dijo...

Nosotros tenemos un amiguete que es muy majo, al que una vez robaron la chaqueta en un bar...
él nunca lo haría en una situación normal, porque nunca ha roto un plato, pero se dijo a sí mismo, que cojones, y sustrajo otra chaqueta parecida a la suya y se la llevó decidiendo ser un sinvergüenza sólo por una vez.

Pero el destino le volvió a llevar por el buen camino, porque tras adueñarse de la chaqueta, pasadas unas horas, metió la mano en el bolsillo y se encontró... un respirador de esos para el asma!

A nuestro amiguete le entraron sudores y terribles remordimientos imáginándose al dueño de la chaqueta buscándola sin aliento en el bar y decidió ir a devolverla.

kar dijo...

una situación propia de un capítulo de Lassie