Quizás de todas las celebraciones navideñas, la que más me guste es la de fin de año. Probablemente no por la actividad en sí, ayer, por cuarto año consecutivo, me largué a casa tras cenar y tomar las preceptivas y dichosas uvas. Sino por el significado que tiene. Comenzar un año. Es como una oportunidad para comenzar, para posicionarse y proponerse un cambio. Podemos intentar un borrón y cuenta nueva, intentar eliminar lo malo, intentar, en definitiva, avanzar en la búsqueda de la felicidad, por más que esta expresión sea más propia de un libro de Punset que de la realidad más real. Está claro que el 31 de diciembre es un día más. Que no significa absolutamente nada. Nada que no se le quiera hacer significar, claro. Pero dado que todos los humanos necesitamos símbolos, qué mejor simbología para un renacer que un cambio de año? Es por ello que, no por sobados, los propósitos para el año nuevo son algo importante. Y por supuesto, tengo los míos.
Independientemente de actividades concretas, hay dos que tengo en mente. El primero es tener más fuerza de voluntad. Para miles de cosas. La inconstancia, la pereza, el agobio, de todo ello es resultante perderme muchas cosas buenas. Ya no más. Ya se acabó. El segundo propósito principal es no dejar de buscar y disfrutar de buenos momentos, por encima de la rutina, las obligaciones y todas esos marrones que la vida nos endosa, no perderme unas copas, no fallar en una cena con amigos, no dejar de asistir a ese concierto...
Concretando un poco:
- Volver a nadar con cierta frecuencia. Y retomar el tema ejercicio, ya que estamos puestos, que lo tengo abandonadísimo.
- Ver teatro, algo que casi nunca hago.
- No esperar que sean los otros los que llamen o propongan algo. No dejar pasar mucho tiempo sin saber de las personas.
- Aprender francés de una santa vez... toda la vida estudiando inglés para tener que estudiar ahora francés.
- Poner un poco de orden en mi vida, no dejar todo a la improvisación y a última hora.
- Recuperar todas esas películas que tengo en mente y que merecen la pena ver.
- Aprovechar siempre el tiempo libre, no perderlo ni dejarme absorber por la rutina (laboral, principalmente).
- Experimentar más en juguetear con la música, la fotografía y sobretodo, escribir más. Si me sale una novela, ganar como mínimo el premio Planeta.
Canciones:
Manic Street Preachers: "Your love alone is not enaugh"
The Wildhearts: "Rooting for the bad guy"
Rihana: "Umbrella"
9 comentarios:
Me parece que no he visto el de "no masturbarme en horario laboral", a todas luces irrealizable.
Me encanta el de "No esperar que sean los otros los que llamen o propongan algo. No dejar pasar mucho tiempo sin saber de las personas." Intentaré hacerlo mío yo también. A ver qué tal.
Un saludo!!
eso sólo fue una fanfarronada que solté en el foro de riff... aquí sólo menciono propósitos que vaya a cumplir!
Buenos propósitos! lo malo es que pocos se cumplen pero como dices, al menos los tienes por escrito.
Besitos
Son muy buenos propósitos, pero me parece que intentas abarcar demasiado. Uno por uno es más fácil. Yo ya he incumplido uno de mis dos propósitos en el mismísimo día 1 (pero pienso enmendarlo)
recién descubierto este blog a través de Riff, veo que comparto algunos puntos de tu lista de buenos propósitos, como lo del teatro, el francés, idioma del que paulatinamente pierdo la capacidad de hablarlo y ponerme a ver todas esas pelis que he ido acumulando :S
pues un saludo, padawan!!
Troutman, lo dices por lo del premio planeta?? bueno, tal vez puedo olvidarme de ese...
Perdona pero aqui nada de premio planeta chavalote... disco de diamante con los miliamperios, mínimo. Pelotazo del año asegurado... :-D
prometo colgar el primer EP de Los Miliamperios para su descarga gratuíta. Luego ya no, que quiero cobrar de la SGAE.
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