En el aeropuerto de NYC nos toca pasar por inmigración. Nos proporcionan en el avión la “tarjeta verde”, un formulario que debemos rellenar indicando nuestros datos, destino, alojamiento, motivos del viaje y fecha de retorno. Incluyen también ridículas preguntas acerca de si alguna vez he intentado entrar ilegalmente en el país (como si lo fuera a decir, de haberlo hecho) o si había estado implicado en las persecuciones de los nazis o de los aliados entre el 39 y el 45 (¿?). Pero sorprendentemente el trámite aduanero no es tan chungo como lo pintan. Por lo menos no para nosotros. Pesado sí. Ridículo sobre todo. Pero vamos, nada de registros anales ni algo por el estilo.
San Francisco days, San Francisco nights
El sueño vuelve a vencerme en el trayecto NYC-SFO. No me da tiempo a observar al pasaje, no veo si hay alguien con cara de querer volar el avión por los aires ni puedo desarrollar mi paranoia, caigo redondo sin apenas enterarme de dónde están las puertas de emergencia del avión. Cuando llego, son las 6 AM del día siguiente en Barcelona, pero tarde/noche en San Francisco. Este desfase horario me pierde, y realmente no sé si me toca comer, dormir, cenar o lo que sea. Sólo sé que me siento cansado, y lo único que me apetece ahora mismo es engullir algo y descansar mis huesos en una cama.
San Francisco tiene buena pinta. Es viernes noche y la gente sale a cenar y de copas. Mi hotel está bastante bien, es una casa señorial reformada en hotel, que perteneció a la familia Stanford, los mismos que fundaron la Universidad de Stanford. De todos modos, me da la sensación de que es mucho hotel para mí, que pretendo estar solamente las horas de sueño, y que por lo tanto, me hubiera conformado con cualquier cuchitril con cama y baño. La recepcionista me comunica, compungida, que no tienen habitación con cama King Size, y que de momento, nos asignan una con cama Queen Size, pero que si lo deseo, mañana me la cambian. Creo que sobreviviré con el tamaño de cama Queen Size. El botones se ofrece a subirme las maletas. Como quiera que cuando las sube, yo no estoy en la habitación, no le dejo propina. Eso no parece sentarle bien. Cuando me instalo son las 22h y el tema cena está complicado, así que me conformo con unas quesadillas mexicanas en el bar del hotel. De todos modos, estoy cansado, quiero cenar, dormir y mañana lanzarme a ver la ciudad, aunque no lleve flores en el pelo. Temo, finalmente, por mi línea: sólo llevo un día en USA y ya me he atiborrado a comida basura (muffins, pizza, galletitas, quesadillas, …). En fin, mañana será otro día.
Canciones:
Amy Winehouse: "Wake Up Alone"
The Police: "Synchronicity II"
Smash Mouth: "Walking in the sun"
11 comentarios:
Lo de la tarjetita verde se las trae... cuando fui a New York nos preguntaron si queríamos matar al presidente... nos entró la risa más floja que te puedas imaginar...
Y venga, kar, dinos... donde estabas tu entre los años 39 y 45??? mmm
Besos!!!!
Increible lo de la tarjeta verde... todo el mundo que pasa por ahi tiene que rellenarla?? Y si algún gracioso (que lo habrá) ha puesto que si ha entrado alguna vez ilegalmente?? lo tiran por la ventana como náufrago de barco?? mira que llegan a ser absurdos estos yankis...
pues entre el 39 y el 45 me hubiera gustado decir que estaba disfrutando de un concierto de la Glenn Miller Band, con mi mejor traje,mis zapatos de swinger y un sombrero de ala ancha... pero es que entre esos años, ni mis padres habían nacido!!!
Javiruli, no sé qué pasaría si alguien pusiera que una vez intentó entrar ilegalmente en el país, pero supongo que nada bueno. Ya sabes, ahora y desde aquí, hace mucha gracia y tal, pero allí acojona bastante, y bromas, las mínimas. Que si al presidente del madrid, que no deja de ser un empresario importante del país, le retuvieron varias horas, y no más porque el tío llamó directamente al ministro de interior, a mí, que soy un mindundi, si me pongo chulo me meten en Guantánamo!!
Fijo que sí
Al margen de lo de la tarjeta verde (descacharrante de verdad), lo más reseñable es su pasmosa facilidad para quedarse roque en pleno vuelo. Qué bárbaro.
Yo me hubiera pasado 8 de las 9 horas clavando las uñas en el asiento y rezando para tomar tierra sano y salvo. Claro que yo soy algo nenaza.
Un saludo!!
Lo de la falta de flores en el pelo resulta absolutamente imperdonable Kar, espero que lo enmendaras el día 2.
Cuando viajé a Nueva York también me hicieron rellenar los impresos con preguntas sobre mi pasado delincuente, pero lo pero no fue eso, sino la hora y cuarto de cola para poder enseñar en el dichoso control mis respuestas de buena ciudadana. Me dieron ganas de morder a los aduaneros y delinquir, además así la próxima entrada a USA sería más emocionanate.
De todos modos cada pais tiene su tontería particular. En Japón en la hoja te preguntan cuanto dinero llevas encima, lo cual me parece el colmo de los colmos.
Barón, esa es una suerte que tengo... los aviones tienen un efecto somnífero en mí. Lo que ocurre es que en vuelos de tantas horas, el efecto somnífero se ha de ayudar de la química.
Dracma, lo jodido de la burocracia americana es que, por pesada que sea, y por absurda que sea, uno ha de bajar la cabeza y joderse... vamos, que yo en europa sí que puedo quejarme o montar un pollo, pero te aseguro que en américa no me atrevo. Así que los japoneses te preguntan cuánta pasta llevas... qué cachondos!
Amigo Kar,
Aun recuerdo esas mismas preguntas pero durante al facturacion en US Airways. En nuestro caso, el pase por inmigracion fue "facil", porque una azafata bastante enrollada nos explico en Philadelphia como hacerlo facilmente, pero si que nos preguntaron hasta el color de los calcetines.
Jajajaj, no temas por tu línea!! Dos o tres muffins no te dejarán mal!!
Seguiré atentamente sus aventuras por USA!! Lo de los aeropuerts es un poco demencial pero aporta seguridad.
Nota mental: en mi siguietne vuelo me llevaré unaz bambas mas majas para que cuando las pase por el escaner no me de vergüenza
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