martes, 25 de marzo de 2008

Bóveda

Me lo comentaba una amiga hace unos meses, y la verdad es que me dejó frío. “Han cerrado el Bóveda”, me dijo. No hace mucho pasé por ahí. No sólo la han cerrado, sino que en el lugar donde se erigía, ahora hay solamente un solar, pasto de la especulación inmisericorde que reina en la Barcelona del siglo XXI. Y es que si hace un año dedicaba una entrada a la mítica discoteca Sr. Lobo, es de justicia que haga lo propio con otra discoteca como era Bóveda.

Ok, reconozco que Bóveda carece de la mitología urbana de Sr. Lobo, lo suyo fue siempre más humilde en este sentido. Pero también más perenne. Y su cierre ha sido, lo reconozco, una sorpresa. Como también reconozco que hacía como un lustro que no traspasaba sus puertas. Bien, probablemente carezca de anécdotas (ciertas o falsas) tan jugosas como las del Sr. Lobo, pero en tanto que fui bastante a ese sitio, sobretodo cuando empezaba a salir, no deja de tener unas significaciones subjetivas que evocan en mi memoria personas y situaciones, y dibujan media sonrisa en mi cara.

Epicentro del grunge de bolsillo de Barcelona

La primera vez que fui a Bóveda fue cuando yo tendría unos 16 años. No me extenderé en explicar el contexto de la situación (musical, social, moda, …), cosa que ya hice en la entrada correspondiente a Sr. Lobo . Recordar simplemente que Bóveda era una de las discotecas del Poblenou barcelonés que acogieron a cientos de chavales con tendencias grunchis. Sí que es cierto que fue la primera discoteca a la que fui que no era un templo makinero. Mis primeras incursiones en discotecas y otros antros de fiesta estaban motivados, obviamente, por la búsqueda urgente de contacto con el sexo opuesto, de modo que fui dos o tres veces a un local de la calle Beethoven. Música discotequera y makinera que no me motivaba mucho. Y descubrir que podía haber discotecas en las que se pinchara música que me gustaba, bueno, ahora puede parecer estúpido, pero resultó ser un agradable descubrimiento para mí. Aquella tarde pincharon Offspring, Nirvana, Counting Crows, Cypress Hill y un Jitazo Fugaz del momento, Coolio . Bueno, aquello estaba muy bien!

En realidad, Bóveda era un sitio bastante chapucero. Se trataba de una nave industrial reconvertida. Una barra larga, una pista no muy grande con una cabina de DJ a modo de palco o balconcete, y una escalerilla de barrotes desde la que se podía acceder a la cabina y pedir el éxito del momento. Esa pista tenía un techo más alto y pintado como si de una bóveda celeste se tratara (lo adivinan? Por eso el nombre!!), y luego unos demonios pintados en las paredes, como demostrando la dicotomía entre el cielo, a nuestras cabezas, y el infierno, donde estábamos. Completaba el cuadro un segundo nivel que se había construido aprovechando la gran altura del local, desde donde se podía ver la parte de abajo y que probablemente cuando esa nave tenía actividad industrial, acogía las oficinas. En fin, no era un sitio con mucho estilo, que digamos. Ni falta que le hacía. Era la época del grunge, diablos!!

A partir de aquella tarde, el grupete del instituto nos aficionamos a pasar las tardes del viernes allí. Sábados de tanto en tanto. Salíamos por la tarde, íbamos al centro comercial Glòries a comprar bebida (whiskey, coca-cola, vasos de plástico y hielo) y bajábamos por el Poble Nou industrial. En un portal de una empresa cerrada dábamos buena cuenta de la bebida, y luego, al Bóveda. Eso era vida. Quizás por ello no entiendo los botellones masivos. Yo, como todo el mundo, he hecho botellón, pero lo intentábamos hacer en un lugar más o menos poco transitado, para disfrutar tranquilos de la camaradería adolescente y del espíritu del vino.

El ir a Bóveda también tenía un punto a favor: no era necesario “arreglarse”. Dicho en el sentido más clásico, por supuesto que me arreglaba, buscaba un look lo más cuidadosamente desaliñado y me pasaba tiempo en el espejo consiguiendo el despeinado deseado. Pero vamos, que no era necesario llevar zapatos ni la camisa por dentro del pantalón. Por lo demás, pinchaban música alternativa, sí, pero también otras cosas, tipo rock español, pachanga y alguna cosita, muy poca, de dance. Ni que decir tiene que uno de los momentos cúspide de la sesión era cuando pinchaban “Smells like teen spirit”. Recuerdo con cariño una tarde monográfica que dedicaron a Héroes del Silencio, era 1996 y estaban en el punto más alto de su carrera. Y para cerrar, lo recordaré siempre, pinchaban “More Than Words” de Extreme. En ese momento, y aprovechando la guitarra adictivamente babosa de Nuno Bettencourt, el que había convencido a una chica, aprovechaba para culminar su “obra” rubricándola con besos y magreos al ritmo de la balada. Los demás, claro, aprovechábamos para ir saliendo sin hacer cola en el guardarropa.

Estilismo warholiano o directamente cutrez?

La competencia del Sr. Lobo fue muy dura. De repente, surgió un local de características similares pero que no cobraba entrada. Claro, para un segmento de público tan sensible a estos asuntos como la chavalería, podía tratarse de una medida determinante. De manera que Bóveda se acabó posicionando como un local con un poquito más de clase: menos violencia, menos moscones para las chicas, … un Sr. Lobo “soft”. Yo sin embargo, dejé de ir a Bóveda durante una temporada, mi etapa Lobo. Y cuando volví, lo hice por las noches. Ya tenía la edad, claro, y el Sr. Lobo estaba en plena decadencia. Bóveda se había reconvertido, ya no era un local grunchi, el grunge como moda estaba ya de capa caída y se situó como un lugar opuesto a la típica discoteca house/techno. Allí se pinchaba mucho pop/rock español (Dover, Ska-P, Siniestro Total, Seguridad Social o Danza Invisible), algo de dance más comercial, pachanga y algunos vestigios de lo que fue (Offspring, Blur, Nirvana…). No es que me matara de placer, pero mi grupete grunge del instituto se había disuelto y con mis amigos actuales podíamos ir, considerándolo como un lugar “neutro”, es decir, ni muy dance ni muy rockero. Y con muchas chicas, todo hay que decirlo. Incluso pasé alguna noche de fin de año. Las cosas parecían irles bien, había noches de verdadero agobio por la multitud de gente. Desde luego, el tema de control de aforo no lo llevaban nada bien. Y se especializaban también en fiestas universitarias.

Por ninguna razón en especial, dejamos de ir. Una vez, la última vez que fui, hará unos 5 años, decidimos ir como anécdota. Una suerte de “noche remember”, bromeábamos. Aguantamos una hora. El local era una sombra de lo que fue. Medio vacío, música bastante flojita y con una pátina de cutrez permanente. Aquella noche nos fuimos a otro sitio. Parecía que se le había acabado el momento a Bóveda. Y ya no volví más. Resulta curioso cómo ahora me sabe mal que ya no exista.

Canciones:

Brian Wilson: "Your Imagination"
The Gutter Twins: "All Misery / Flowers"
The Black Halos: "Somethings never fall"

18 comentarios:

padawan dijo...

ahhh, yo también hacía "botellones" a pequeña escala... con mucho más encanto que los de ahora, con tantísima gente

que de recuerdos con estas entradas

Javiruli dijo...

es verdad, yo además los hacia a mitad de donde hoy justamente pasa en trambaix en direccion al zoo. Habia como una plaza en medio de la carretera y con unos arbustos enormes por los cuales estabamos en medio de la calle tranquilamente sin agobios y con la gasolinera al ladito para poder coger los cartones de sangria Don Simon o directamente el Don simon con coca cola... Aix... que tiempos y de anecdotas tengo en ese lugar...

Javiruli dijo...

He de añadir una frase de Sabina muy cierta: "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver" porque luego te llevas un chasco, al ver tan degradada como está actualmente la zona de Poble Nou (o Marina como le deciamos nosotros)

Belén dijo...

Vaya pues ya lo siento amigo... se lo que es que cierren tus bares... jo...

Besos

kar dijo...

Padawan, estamos de acuerdo, no es que critique el botellón, pero nunca entendí el hacerlo en el mismo sitio que 400 personas más. La gracia estaba precísamente en eso, en hacerlo en grupo más o menos reducido y en un espacio más o menos escondido, un rollo de intimidad entre la manada.

Javiruli, los dos sabemos que esa zona parece tener más vida ahora que hace tres o cuatro años, hace un par de meses lo pudimos comprobar. Sin embargo, ya no pertenecemos a "esa vida". En cualquiera de los casos, lo del bóveda es el principio, recuerda que el BB+ también ha sido reducido a un solar... y entiendo que toda la zona acabará convertida en lofts de lujo para empresas y oficinas, el ayuntamiento no dejará que tanto espacio se "desaproveche". Al tiempo.

Belén, da penica, pero tampoco era sólamente el local en sí, sino cómo era la situación y cómo éramos nosotros entonces. Afortunadamente, que nos quiten lo bailao (nunca mejor dicho)y que la nostalgia se quede sólo para un comentario de blog. The show must go on, y este sábado, pues iremos a otro sitio. Besos.

criscarmona dijo...

la verdrad que leerte es un placer porque me devuelves recuerdos que me hacen sentir mnuy bien.
Jo!!!
Yo tambien fui por primera vez a Bóveda a los 15 o 16 ya ni me acuerdo jejeje.
No sabia que la habían cerrado.
Que pena que esten acabando con la esencia de Poblenou...

Besitos!!!!!!!!

Lae dijo...

Que gran sensación la de pasar de ir a una discoteca makinera a otra que pusieran rock o música normal. A la primera que fuí yo en esas condiciones fue al Spirit tb de Poblenou, ya que en Bóveda pedían DNI y yo no tenía aún 16.
La última vez que fuí a Bóveda fué hace unos 4 años un jueves y pude contar con los dedos de las manos las personas que habían.

kar dijo...

Criscarmona, sabía que esta entrada te iba a gustar. En fin, no lo dudéis, es inevitable, los locales del poblenou irán desapareciendo, pasto de la especulación inmobiliaria y del puto plan 22@. Se salvará razzmatazz, pero poquita cosa más.

ROSA dijo...

Ah! Pero qué me dices!
Esas noches míticas en Bóveda!
Ahora me has hecho recordar...

black winter dijo...

Hace más de dos años que no me pasaba por allí. Joder, que recuerdos impregnados de litronas y calimocho. Una pena, la verdad.

Saludosss

kar dijo...

Hombre, Chino, bienvenido y bienhallado... toda una sorpresa verte por aquí.

saludos

Anónimo dijo...

Que lastima me dio que la cerrasen, no porque pensase volver por ahi (ya tengo 32 y no me apetece demasiado bailar al lado de gente de 20) pero sólo por nostalgia me dio lastima.
También comencé a ir por alli a los 16, cada domingo por la tarde, no fallaba ninguno, hasta que cumpli los 18 y pude salir de noche y a otros sitios más sofistcados.
En fin, fue bonito mientras duro :).

kar dijo...

sí, la verdad es que tienes razón, Pauli... aunque no la hubiesen cerrado, tampoco es que fuera a volver

sammy tylerose dijo...

Durante 11 años poble nou fue mi hogar cada fin de semana, así que también he sentido como una tragedia la demolición de Bóveda! Fui por última vez hace un par de años y seguía como siempre, pachanguero, pero a tope de gente. Cuidado pq me temo que el rey de reyes, el Q3, tb ha cerrado. Un sábado noche de hace 3 meses tenía sus puertas cerradas! Por cierto, nuestro botellón íntimo se desarrollaba en un parquecillo de llull con marina. En la acera de enfrente de Marina teníamos un DIA. Eso era vida!

kar dijo...

Sammy, estás seguro de que han cerrado el Q3?? yo estuve por allí hará medio año, puedes leerlo aquí
y desde luego estaba abierto... si es verdad que ha chapado, el final de Poblenou (y con ello, de una parte de mi adolescencia) es inminente

sammy tylerose dijo...

Ese sábado noche estaba cerrado. Ahora, no se si era algo puntual o bien un cierre definitivo. Eso si, sobre las mismas fechas, pasé un sábado por la tarde (serían las 20:00) por la calle pere Iv y eso era un desierto, todo cerrado. En nuestra época era hora punta! Una marabunta de adolescentes se movía por alli!
El ayuntamiento se quiere cargar la fiesta de esa zona. De hecho, se rumorea que lo quiere trasladar todo a Hospi, a la zona del Salamandra, Razz incluido.

kar dijo...

que se lo quieren cargar, está clarinete. Lo del razzmatazz lo veo más chungo, yo creo que será casi lo único que aguantará. ¿Enviarlo a la zona de hospi? No lo veo claro, básicamente porque se trata de zonas regidas por diferentes consistorios, y esa zona de hospitalet ya no es tan industrial y tan poco residencial como antaño. No sé. Pero sí te puedo decir una cosa, aquella noche de diciembre del año pasado que menciono, el Q3 y la zona de Pere IV estaba sorprendentemente concurrida (por supuesto, ni punto de comparación con la marabunta de "nuestra época"), y lo que es más, concurrida por mucha gente de entre 18 (quiero suponer) y veitipocos.

saludos

Muyuyu dijo...

Qué bien me viene tu entrada. Hace días pasé por mi tan querida Marina, dónde tantas noches salía de fiesta, y Bóveda era mi discoteca fiel. Más de 10 años seguidos sin faltar Viernes ni Sábados y luego Domingos.
Y ahora no queda nada, vale, que han pasado muchos años, una crece, pero llevo días con nostalgía, pq pasé mis mejores años entre las calles de Marina.