lunes, 30 de enero de 2012

San Diego y Los Angeles


Lo reconozco. De los muchos viajes que hago por trabajo, el ir a San Diego dos o tres veces al año es de la clase de viajes que vale la pena. No lo puedo evitar, tengo fijación con los USA. Y bueno, tienen cosas que ofrecer. Mi itinerario era el habitual para cuando voy por allí: Barcelona – Londres – Los Angeles – San Diego.

Llegué al aeropuerto de Los Angeles a media tarde, aunque el cambio de hora hace que para mí, fuera de madrugada, con el agotamiento físico que implica. Pero queridos, cuando llegas a la zona de alquiler de coches y el tipo de Hertz se te lamenta porque con GPS (como indicaba en mi reserva), sólo puede darme un coche pequeño, como un Chevrolet Camaro (??!!), te das cuenta de que ciertas cosas pasan sólo allí. Cómo no, acepté sus disculpas, y aparcadito me esperaba, negro, reluciente, ese pedazo de coche. Aunque lo cierto es que en ese país, los coches son ridículamente baratos. Un carro como el que llevé, dudo que costara más caro de 25000 USD.

En cualquier caso, permitidme que rompa mitos, y que nadie me entienda mal, estaba como un niño con zapatos nuevos, pero conducir un Camaro es muy incómodo. El asiento está casi en el suelo, y el techo es muy bajo, por lo que la postura a adoptar es con la espalda muy inclinada, y aún así, la cabeza me rozaba el techo. El hecho de ser un coche automático (como todos en USA) hace que la sensación de aceleración cuando uno mete la tercera, luego la cuarta, la quinta y si se tiene, la sexta, se pierde. En fin, pecata minuta, queridos. De Los Angeles a San Diego hay unos doscientos kilómetros, aproximadamente. Un paseíto, por lo menos en domingo por la tarde, si el tráfico acompaña.

Porque, y aunque San Diego es una ciudad bonita, especialmente también el área a su alrededor, con pueblitos de playa y pesca (más recreativa que otra cosa), mi interés estaba centrado en Los Angeles. He estado varias veces en esa ciudad, y qué puedo decir: me gusta mucho. Por desgracia, habitualmente no estoy más que unas horas, una mañana o una tarde. En un par de ocasiones pasé un fin de semana, cosa que recomiendo a cualquiera.

Los Angeles, a diferencia de San Diego, carece de su, digamos, rollito Good Vibrations, de esa tranquilidad y amabilidad que supura el área de Southern California. Los Angeles es fría, extremadamente grande, apenas hay gente caminando por las calles, a excepción de paseos como Venice Beach, hay mucha pose. Y por supuesto, nunca, por nada, se os ocurra ir sin coche. Se trata de una ciudad diseñada para los coches. Porque así es como vive, por otra parte, el americano medio. O si no, por qué os creéis que permiten conducir a partir de los 16 años y que los coches son todos automáticos (ergo, hasta un chimpancé podría conducirlos).

Chevrolet Camaro... EL coche
Mi día para Los Angeles era el viernes. El plan, sencillo, despertarme pronto, conducir hasta allí, aprovechar la mañana y llegar no más tarde de las cuatro y media al aeropuerto LAX. Y todo iba bien, hasta que faltaban unos 35 km. Entonces topé con el clásico atasco de la entrada y salida de la ciudad. Y eso sin ser hora punta. Ya contaba con ello, no obstante. Y tenía una ruta marcada, para no liarme ni perder el tiempo.

La primera parada era en el 6400 de Sunset Blv, lugar donde está Amoeba Records. Pero antes, justo enfrente, hay un local de la mejor cadena de fast food del país, ya he hablado de ella en otras ocasiones: Jack In The Box. De modo que dejé mi Camaro en el parking del local (allí todo tiene parking) y di buena cuenta de un sano desayuno hamburguesero. Dos apuntes te recordaban dónde estabas. Dentro del local un homeless tomando un café, de los muchos que hay por las calles (y cuando digo muchos, es muchos), un cochambroso negro con una silla de ruedas y un acompañante. El negro pasaba del acompañante porque estaba escuchando música por un discman. Tipos raros, sí, otra constante de la ciudad. Y luego entra una rubia oxigenada, pelo corto rollo 80's, vestido negro, botas altas y gabardina. Acaba de aparcar un cochazo en la puerta, y nada más entrar, se dirige al baño. Fastidiada porque la puerta del baño está cerrada (hay que pedir que te abran), se larga sin pedir nada, y se queda en el parking jugando con su smartphone.
Un buen sitio para reponer fuerzas... para cuando una franquicia de Jack In The Box en Barcelona?
Acabado mi desayuno, tengo que aparcar fuera. Hay una especie de zona azul, en la que cada plaza tiene un expendedor de tickets de hora. Pago por una hora (la estancia máxima permitida) y me voy, ahora sí, a Amoeba Records. Ya he hablado otras veces de esta tienda, y no me cansaré. Mucho material, pero lo mejor, es su sección de ofertas. Cientos de discos inicialmente no dispuestos a la venta, por ser copias de promoción, o para radios, en un estado perfecto, no como en las lamentables tiendas de segunda mano españolas, a precios entre 1,99 y 2,99 USD. Por si fuera poco, te llevas tres y pagas cuatro. Por supuesto, perdí la cabeza y acabé con 40, por los que pagué unos miserables 90 USD. Compré de todo, desde discos que no había escuchado nunca, como PJ Harvey o Soundtrack Of Our Lifes, a completar colección, como REM, U2 o Stones, o a renovar algunos CD's que tenía grabados, como QOTSA o Stone Roses.

Cuando me di cuenta, mi tiempo se pasaba, y tuve un error de cálculo, la chica tardaría unos 10 minutos largos en quitar el protector de cada CD y cobrarme. Pues bien, cuando llegué al coche, tenía una maravillosa multa de aparcamiento. Sí, queridos, vuestro viejo amigo Kar es ahora mismo un delincuente para los Estados Unidos de América. Por diez miserables minutos que me pasé de la hora, tenía una multa de 58 USD, que podía abonar dejando la pasta en el sobre de la multa, en un buzón, por un teléfono u online. Supongo que optaré por esta última. Después de lo de Megaupload, no me siento muy cómodo teniendo un dinero a deber al Gobierno Federal.

Casi mola más el cartel que el sitio...
Mi siguiente destino lo había leído en una entrevista a Bunbury (sí, él otra vez!), en el que hablaba de una tienda de artículos extraños, que por el nombre, ya me gustó: La Luz De Jesús. No estaba muy lejos, no más de 15 minutos conduciendo. Resultó que la tienda también tenía una pequeña galería de arte. Y su material, de lo más curioso. Desde libros sobre Anton LaVey hasta máscaras de luchador mejicano, pasando por muñecos de Kiss o El Silencio de Los Corderos, para incluir también bastante material más digno de tienda de chinos hispánica, como llaveros con forma de hoja de marihuana. Nada me convenció especialmente, pero el sitio resultaba curioso.
Necromance... malas vibraciones... por cierto, está prohibido hacer fotos en el interior...
Otra tienda era el siguiente objetivo: Necromance, en Melrose. Melrose es una avenida más agradable que Sunset, por ejemplo, la calzada sólo tiene 4 carriles y los edificios están más juntos, y casi se puede pasear. No deja de ser un ambiente curioso para un sitio como Necromance, donde se rinde culto a la muerte. Al entrar, música de cámara, de un ambiente más bien fúnebre, como tiene que ser. Animalillos disecados, pieles de serpiente, elementos hechos de hueso... mal rollo. Andaba yo buscando una calavera. No preguntéis. No encontré lo que quería, así que pregunté a la dependienta. Como el 70% de la gente en las tiendas, era hispana. Vestida, como mandan los cánones, toda de negro, resultó ser más maja de lo que las malas vibraciones del lugar parecería indicar. Me dijo que ellos, no, pero en una tienda “couple of blocks away”, tal vez. No encontré tampoco allí lo que quería, pero me paseé un poco por el lugar, que no conocía, y mira, no está nada mal Melrose.

Alijo de CD's de Amoeba Records... también compré la edición Deluxe del último disco de Chris Isaak... canela en rama, queridos...
Antes de ir al aeropuerto, hice una parada técnica en un 7Eleven en busca de una bebida, un último capricho que sólo puedo hacer en USA... beber Dr. Pepper o Vanilla Coke. En esta ocasión me decanté por esta última. No sé por qué nadie se anima a traer estas bebidas a la Celtiberia. A mí, me harían feliz. Y con mi sed satisfecha, encaré hacia el aeropuerto. Iba con el coche en reserva, y se me ocurrió tirar sin repostar. Ahora lo veo como una idiotez, porque, de acuerdo, eran sólo 25km, pero no conocía el coche, no sabía cuánto me duraría la reserva, y si me hubiera dejado tirado, sinceramente, no sé qué hubiera hecho... ¿llamar al 911? ¿dejar el coche allí y caminar dios sabe cuánto en busca de una gasolinera en que me quisieran vender una bolsa de combustible? En fin, niños, no hagáis estas tonterías. Que ya las hago yo por vosotros.

Canciones:

R.E.M.: “Driver 8”
QOTSA: “I Was A Teenage Handmodel”
Chris Isaak: “Ring Of Fire”

8 comentarios:

John P. dijo...

Joder, si entro en esa tienda de discos no salgo. Que maravilla. Espero que te diera tiempo a trabajar algo, jeje.

Un saludo

Toi Brownstone dijo...

No profeso envidia hacia el prójimo, y de hecho me alegro por la felicidad y bienestar de la gente a la que aprecio.

Si, he sentido lo mismo leyendo tus crónicas, me he alegrado mucho, muchísimo...

Pero esos 40 CDs por 90 bucks han llegado a lo más profundo de mi alma, y tengo que decirte esto o reviento: cabrón!!! Recuerda que es con amor, por favor. Tras este momento de enajenación, decir que tengo que pisar un Amoeba Records por lo menos una vez en mi vida, si no, ésta carecerá de todo sentido.

Lo del tema bebidas es un cachondeo. No me gusta Dr Pepper,en UK había y me saturaba. Vanilla Coke me gusta más, aunque prefiero el coke float, una de las mayores burradas que he probado en mi vida.

De USA me flipaban las bebidas de Starbucks embotelladas. Me consta que dejaron de hacer el Frapuccino de fresa, que era demencial. La verdad es que en temas de refrescos, a la que sales de S-Pain, el amplio abanico de opciones es desbordante.

The Incredible E.G.O´Riley dijo...

Yo lo único que puedo decir es:

Llévame contigo la próxima. Yo pago tu viaje. Y no es broma

Aitor Fuckin' Perry dijo...

40 discos por menos de 100 dólares.

Jarl.

Sigo en shock, Kar around the world.

El resto mola, como el cochazo a lo Hank Moody por L.A., pero eso de los discos es otra dimensión.

Mariela Parma dijo...

Muy buena entrada! muy buen blog!!!Te invito a conocer el mio!! participa en solidario en la blogoteca. Y si te parece que merece un voto, desde ya muy agradecida!!! Ya faltan dos días nada más para poder votar!! Hasta el 3/2/12.
Pasa por http://lablogoteca.20minutos.es/todo-preescolar-15750/0/
saludossssss

kar dijo...

JOHN P. MAAAULA, algo se trabajó, sí... pero lo mínimo posible...

TOI BROWNSTONE, vuestro odio me alimenta, querida... luego compré el de Chris Isaak y me pareció un robo pagar 15 USD por él ;-) No sé lo que es coke float, pero quiero saberlo!!

IL CAVALIERE, no es oro todo lo que reluce, mastro...

AITOR, además, precísamente en el avión me tragué la 4ª temporada de las andanzas de Moody, así que tenía al viejo Hank en mente mientras conducía por LA...

MARIELA PARMA, ya que haces un spam lamentable de tu mierda de blog (todopreescolar?? qué hostias es eso??), por lo menos podrías habertelo currado un poco... no es tan difícil, sólo se trata de hacer ver que te has leído esa "muy buena entrada" (sic.) ... sólo tenías que escribir algo como "Estuve en San Diego y me pareció muy bonita"... pero claro, eso sería pensar demasiado... en fin, a tomar por culo tu mierdoso blog de preescolares...

Gracias a tod@s, excepto a la spamera...

Toi Brownstone dijo...

Let me introduce you...

Coke Float, coca-cola y una bola de helado de vainilla. No podía imaginar que algo así fuera tan brutal. Un placer para los sentidos

http://sincemybabyleftme.tumblr.com/post/16775915451/this-is-capital-sin-but-i-love-it

Camila dijo...

Si bien tuve la posibilidad de ir a EEUU, nunca he podido ir a la región del oeste. Me encantaría poder conseguir vuelos promocionales para llegar a California