Back in black

Hoy hace una semana desde la última vez que me puse delante del teclado para escribir NDK. Han sido siete días de demasiado trabajo que me han impedido escribir y he dejado huérfano al blog durante una semana, cosa que hacía meses que no ocurría. Intentaré, en la medida de lo posible, que esto no pase.

Una semana fuera y estoy algo descolocado. De entrada, mañana es lunes y ya estoy cansado. Por otra parte, llevo toda la semana sin ver un telediario o leer un periódico, así que hoy domingo podría haber estado algo desinformado, pero no: nada ha cambiado en estos siete días. llevo también toda la semana soñando. No me refiero a esos sueños agradables, creo que nunca he tenido de esos (excepto los eróticos, que es otro asunto). Tampoco es que sean pesadillas. Es como trasladarte a una vida paralela. Yo sigo siendo yo, pero mi mundo, mi gente, mi espacios, ya no están. El hecho es que no son del todo desconocidos. De repente me veo relacionado con personas a quienes en algún momento conocí. Pero sus comportamientos no son exactamente como eran cuando yo las conocí. A veces incluso se trata de unas personas pero físicamente son otras. Vamos, como si de repente convivo con mi antiguo compañero de clase menganito, a quien hace 15 años que no veo, pero físicamente no es menganito, es, no sé, Dave Grohl. Es menganito en el cuerpo de Dave Grohl. En el de ayer, por ejemplo, incluso recuerdo estar viendo a una banda desconocida tocar (decentemente) el tema "She" de Gram Parsons, y me recuerdo en el sueño canturrear la canción, ese estribillo (hallelujaaaaah). No es una pesadilla, pero no estás a gusto, porque se trata de un mundo diferente en el que no controlas.

Aunque así no lo parezca, es "Back in black"

En fin, una semana cansado, de mal comer y mal dormir y mal de todo. No sería plan de ponerme escatológico en el retorno a estas líneas tras unos días, pero no puedo evitar mencionar lo avergonzado que me sentí cuando, volviendo de los lavabos del Palacio de Congresos un compañero me hizo fijarme en que las puertas de las cabinas con los wáteres eran translúcidas. Unos baños muy modernos que tenían puertas de vidrio grueso en los wáteres, y, tal como me hizo fijarme mi compañero, era fácil ver a través qué estaba sucediendo allí dentro. Sin distinguir caras ni detalles, pero se veía. Y no, no era una pareja practicando sexo furtivo (un quickie, según me dijeron), ni un tipo esnifando. Era algo más mundano y común, ya sabéis. Pues bien, yo había hecho lo propio allí el día anterior. Y me sentí estúpidamente avergonzado de que otros dos individuos hubieran tenido la misma conversación jocosa al respecto, pero conmigo de sujeto pasivo. Me hizo recordar una cosa que me contaron acerca de una película de Buñuel que no he visto, pero en la que, al parecer, se mostraba algo así como un mundo al revés, en donde el comer estaba socialmente mal visto y se reservaba como actividad privada y aislada, y el cagar formaba parte del rol de sociabilidad. Así, las personas se reunían y conversaban sentados en wáteres. No sé si la cosa iba realmente así, pero me parece un desarrollo, cuanto menos, curioso.

Canciones:

Los Planetas: "Brigitte"
Supersuckers: "Hey Ya"
The Raconteurs: "Bang, bang (my baby shot me down)"